Cuba comenzó este martes con un panorama que ya se ha vuelto habitual, pero no menos alarmante: más de 1100 MW apagados desde la madrugada y un Sistema Eléctrico Nacional (SEN) que continúa operando al límite de sus posibilidades.

Lejos de mostrar signos de recuperación, las cifras oficiales revelan un escenario donde las averías, el déficit de combustible y la falta de mantenimiento siguen marcando el ritmo de los apagones.

A las seis de la mañana, cuando millones de cubanos se preparaban para iniciar su jornada, la realidad golpeaba de frente: una disponibilidad de apenas 1300 MW frente a una demanda de 2422 MW, lo que dejó 1166 MW apagados a primera hora del día. Y las proyecciones no mejoran. Para el resto del martes, se prevé que las afectaciones oscilen alrededor de los 1300 MW, una señal clara de que el SEN no tiene margen de maniobra.

El lunes ya había sido una jornada particularmente dura. El servicio estuvo afectado durante las 24 horas y la máxima afectación alcanzó los 2185 MW en la tarde, uno de los picos más altos de los últimos meses. Aunque los 33 parques solares lograron aportar 2158 MWh, con un pico de 398 MW, su contribución sigue sin cubrir el enorme vacío dejado por las termoeléctricas fuera de servicio.

Las unidades averiadas continúan siendo un elemento crítico. Permanecen fuera de línea la Unidad 5 de la CTE Máximo Gómez, la Unidad 3 de Cienfuegos, la Unidad 6 de Diez de Octubre, la Unidad 2 de Felton y la Unidad 6 de Renté. A eso se suman las Unidades 2 y 3 de Santa Cruz y la Unidad 4 de Céspedes, que están en mantenimiento. Solo estas limitaciones representan 335 MW menos en la generación térmica.

Pero el golpe más severo proviene una vez más del combustible. Un total de 98 centrales de generación distribuida están detenidas por esta causa, lo que significa 895 MW fuera de servicio, más otros 83 MW por falta de lubricantes. En total, 978 MW indisponibles por un problema que se ha convertido en la constante del sistema energético cubano.

El horario pico promete ser aún más tenso: se estima una disponibilidad de 1300 MW y una demanda que podría llegar a 3200 MW, lo que dejaría un déficit cercano a los 1900 MW. Si no ocurren incorporaciones de última hora, la afectación nocturna rondará los 1970 MW, dejando a gran parte del país, nuevamente, en la oscuridad.

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