La esposa del presidente cubano Miguel Díaz-Canel, Lis Cuesta, reapareció en redes sociales tras un largo período de silencio, en medio de la creciente crisis que atraviesa la Isla.

En un mensaje publicado en su cuenta de X, Cuesta confesó que las dificultades en Cuba están aumentando y, en un gesto de lealtad al régimen, recurrió a la figura de Fidel Castro para buscar apoyo espiritual: “FIDEL, cuando el camino se hace cuesta arriba, vuelvo a ti. Tu huella sigue marcando nuestro andar. Patria o Muerte. ¡Venceremos!”. El texto estuvo acompañado de una imagen frente a la tumba del líder cubano en el Cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba.

La publicación generó reacciones divididas en redes sociales, interpretada por algunos como un intento de reafirmar su lealtad al legado de Castro en un momento de creciente descontento popular.

Su intervención llega semanas después del paso del huracán Melissa, que devastó varias provincias del oriente cubano, incluida su natal Holguín. Durante ese tiempo, su ausencia en la escena pública fue criticada, pues muchos esperaban que asumiera un papel activo en la ayuda a los damnificados.

La repentina aparición de Cuesta en Santiago de Cuba y su visita a Mayarí, donde acompañó a Díaz-Canel en un recorrido por una escuela afectada, fueron vistas como una respuesta tardía a las críticas. Sin embargo, su actitud sonriente y relajada fue percibida por algunos como una “puesta en escena” que no lograba ocultar la desconexión de la élite gobernante con las realidades de la población.

Apodada como la “no primera dama”, Lis Cuesta ha mantenido un papel discreto en la política cubana, siempre vinculada a la figura de Fidel Castro y al régimen que él fundó. Su reciente devoción pública a su memoria ha reavivado cuestionamientos sobre su falta de liderazgo en situaciones que requieren solidaridad y acción.

A pesar de su constante apoyo al gobierno de Díaz-Canel, muchos cubanos la consideran una figura distante y desinteresada en los problemas cotidianos. Sus intervenciones en redes sociales, especialmente en momentos de crisis, son ampliamente debatidas y vistas como reflejo de la desconexión de la élite con la ciudadanía.

El regreso de Lis Cuesta a la esfera pública ocurre en un contexto de creciente malestar social en Cuba, marcado por la crisis económica, los apagones, la escasez de alimentos y una inflación descontrolada que ha debilitado aún más la posición del gobierno frente a la crítica nacional e internacional.

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