El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este sábado el cierre “en su totalidad” del espacio aéreo de Venezuela, un paso que marca un nuevo escalón en la tensión entre ambos países y que profundiza el aislamiento internacional del régimen de Nicolás Maduro.

A través de un mensaje difundido en su red social Truth Social, Trump dirigió una advertencia inusual no solo a aerolíneas y pilotos, sino también a “narcotraficantes y traficantes de personas”, pidiéndoles considerar “cerrado en su totalidad el espacio aéreo sobre Venezuela y sus alrededores”. La declaración fue breve y categórica, sin mayores detalles operativos, pero suficiente para provocar reacciones inmediatas.

El cierre formalizado por Trump se produce después de que la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) alertara la semana pasada sobre los riesgos de sobrevolar territorio venezolano ante el “empeoramiento de la seguridad y el incremento de la actividad militar” en la región. Esa advertencia desató una ola de suspensiones de vuelos por parte de importantes aerolíneas internacionales, que desde entonces dejaron de operar rutas hacia el país sudamericano.

Compañías como Avianca, Iberia, Air Europa, TAP Air Portugal, Gol, Latam Airlines, Turkish Airlines, Caribbean Airlines, Plus Ultra y Estelar anunciaron la suspensión temporal de sus servicios. Plataformas de monitoreo aéreo como Flightradar24 mostraron rápidamente un espacio aéreo venezolano prácticamente vacío, evidencia de la rapidez con que las aerolíneas atendieron a las advertencias de seguridad.

En respuesta, el régimen de Maduro revocó los permisos de operación de seis de estas aerolíneas, acusándolas de plegarse a presiones externas. Sin embargo, la decisión de Trump añade un elemento adicional: el cierre ya no es resultado solo de una recomendación técnica, sino de una orden política directa desde Washington.

Este endurecimiento coincide con un incremento notable de la presencia militar estadounidense en el Caribe sur, maniobras aéreas cercanas a las costas venezolanas y discursos oficiales centrados en combatir el narcotráfico y, en particular, al llamado Cartel de los Soles, cuya designación como Organización Terrorista Extranjera entró recientemente en vigor.

La presión diplomática se produce además después de un episodio revelado por el New York Times: una supuesta llamada telefónica entre Trump y Nicolás Maduro realizada la semana previa, en la que ambos habrían discutido la posibilidad de un encuentro. En la conversación, según el medio, también participó el secretario de Estado, Marco Rubio. Pese a ese contacto, Washington ha dejado claro que sus medidas no disminuirán y que el objetivo final es sacar a Maduro del poder, incluso mediante acciones más contundentes.

Trump ya anticipó que su administración se prepara para ejecutar “operaciones terrestres” contra estructuras del narcotráfico vinculadas al régimen. Aunque no ofreció fechas ni detalles, el anuncio ha encendido las alarmas en la región.

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