La controversia en torno a Miss Universo 2025 continúa escalando tras las declaraciones de Leonora Lysglimt-Rødland, representante de Noruega, quien aseguró que el Top 10 del certamen habría sido decidido hasta dos semanas antes de la gala final celebrada en Tailandia el pasado 21 de noviembre, donde la mexicana Fátima Bosch fue coronada.

En un video en vivo a través de Instagram, Miss Noruega cuestionó: “¿Qué sentido tiene competir si la organización ya tomó una decisión?”. Según su versión, varias participantes se sintieron “decepcionadas” al enterarse de la supuesta filtración.

Aunque no presentó pruebas ni señaló responsables, sus palabras generaron un fuerte debate en redes sociales y comunidades especializadas en concursos de belleza, elevando las sospechas sobre la transparencia del certamen. La acusación cobró relevancia porque varias de las finalistas —México, Tailandia, Filipinas, Venezuela y Colombia— eran consideradas favoritas desde el inicio.

El concurso contó con un panel de ocho jueces, entre ellos la Miss Universo 2020 Andrea Meza, el periodista Ismael Cala y la actriz Sharon Fonseca. Las 12 finalistas fueron: Inna Moll (Chile), Vanessa Pulgarín (Colombia), Lina Luaces (Cuba), Ophély Mézino (Guadalupe), Fátima Bosch (México), Zashely Alicea (Puerto Rico), Stephany Abasali (Venezuela), Zhao Na (China), Athisa Manalo (Filipinas), Praveenar Singh (Tailandia), Julia Ann Cluett (Malta) y Olivia Yacé (Costa de Marfil).

El escándalo se intensificó cuando el músico franco-libanés Omar Harfouch, miembro del jurado, denunció que abandonó su puesto tras descubrir una “votación secreta” realizada la semana previa al evento para preseleccionar a 30 concursantes. Según él, esta votación fue organizada por personas ajenas al comité de jueces, comprometiendo la transparencia del proceso. “Me sentí engañado y utilizado públicamente para dar credibilidad a un proceso ya viciado”, declaró.

La Miss Universe Organization (MOU) emitió un comunicado negando cualquier intervención de “grupos externos” en la selección de semifinalistas y advirtió a Harfouch sobre el uso indebido de la marca, mencionando posibles acciones legales. Sin embargo, el exjurado aseguró contar con asesoría legal en Nueva York y evalúa presentar una demanda por fraude, abuso de poder, conflicto de intereses y daños a la reputación.

La edición 74 de Miss Universo se ha convertido en una de las más controvertidas de la historia del certamen, con denuncias que involucran tanto a concursantes como a miembros del jurado. Las acusaciones de Lysglimt-Rødland y Harfouch han mantenido a los seguidores en vilo, mientras la organización enfrenta crecientes presiones para esclarecer el proceso de calificación.

Hasta el momento, la MOU no ha emitido más comentarios sobre las acusaciones, pero el debate sigue abierto y continúa ganando fuerza en las redes sociales.

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