Siete personas fueron detenidas recientemente en el parque El Curita y sus alrededores, en Centro Habana, por la Policía cubana por dedicarse a la reventa ilegal de medicamentos, según informó el perfil oficialista El Cubano Fiel. Testigos del operativo detallaron que los detenidos habían convertido la zona en una especie de “farmacia ambulante”, donde ofrecían fármacos controlados, incluyendo carbamazepina y otros de producción nacional.

El operativo policial, llevado a cabo por agentes vestidos de civil, se centró directamente en los revendedores, quienes habían sido previamente identificados y ubicados por las autoridades. Los testigos describieron cómo los oficiales incautaron los medicamentos y se llevaron a los infractores bajo custodia, interrumpiendo un mercado clandestino que, según ellos, se había vuelto una alternativa para muchas personas que no podían acceder a los medicamentos de manera legal.

Lo más preocupante, según El Cubano Fiel, no es solo la reventa en sí, sino el hecho de que la mayoría de los medicamentos implicados son de producción nacional. Estos fármacos, que deberían estar estrictamente controlados y distribuidos a través de las farmacias estatales para garantizar el acceso seguro y regulado de la población, terminan filtrándose hacia cadenas de distribución clandestinas. Esta situación evidencia un grave problema de corrupción y falta de control generalizado dentro del sistema de distribución farmacéutica.

El hecho de que medicamentos esenciales y de producción nacional sean sustraídos del circuito oficial y vendidos al margen de la ley no solo pone en riesgo la salud de quienes los adquieren, sino que también refleja la debilidad de los mecanismos de vigilancia y protección de productos estratégicos para la salud pública. Muchos ciudadanos dependen de estos medicamentos para tratar enfermedades crónicas o controladas, y la escasez en farmacias estatales obliga a que se busquen alternativas en el mercado negro, donde los precios son elevados y la procedencia del producto no siempre es confiable.

En conclusión, la detención de estos siete revendedores en Centro Habana, reportada por El Cubano Fiel, no solo es un operativo policial aislado, sino un reflejo de problemas estructurales más amplios que requieren atención urgente. La protección y control de los medicamentos nacionales deben ser prioridad para garantizar que lleguen a quienes realmente los necesitan y no terminen en manos de redes clandestinas que lucran con la salud de la población.

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