Tres meses viviendo entre aguas albañales; familias pinareñas abandonadas en plena epidemia(video)
Redacción de CubitaNOW ~ martes 2 de diciembre de 2025
“Nadie nos da respuesta. Llevamos tres meses entre aguas albañales, en la mierda, y a nadie le interesa”, denuncia una madre cubana que vive en el edificio 109, apartamentos B1 y C2, en la zona de El Calero, Pinar del Río.
Sus palabras resumen la desesperación de familias enteras que sobreviven diariamente rodeadas de aguas negras, malos olores, insectos, enfermedades y una indiferencia institucional que parece interminable. En plena epidemia en Cuba, dos niños y varios adultos mayores están obligados a convivir con un foco permanente de contaminación que viola cualquier estándar sanitario.
Según cuentan los vecinos, las tuberías colapsadas han convertido los pasillos y áreas comunes en un lodazal pestilente. El agua albañal corre libremente y se acumula en charcos que atraen mosquitos, ratas y cucarachas. A pesar de múltiples reportes, la respuesta oficial siempre es la misma: “No hay recursos”, “no es prioridad” o simplemente silencio. La comunidad siente que ha sido abandonada.
Este caso no es aislado. Situaciones similares se repiten en toda la Isla, demostrando el deterioro profundo de la infraestructura urbana y la incapacidad de las autoridades para garantizar servicios básicos. En La Habana, por ejemplo, los vecinos del Reparto Bahía, en Habana del Este, denunciaron hace meses que un salidero de aguas negras inundó la entrada de varias viviendas durante semanas, causando brotes de dengue y problemas respiratorios. La respuesta oficial tampoco llegó.
En Santiago de Cuba, residentes del barrio Los Hoyos reportaron que los registros de alcantarillado están tan obstruidos que cada lluvia convierte las calles en ríos de agua sucia. Las fotos muestran a niños cruzando con los pies sumergidos en aguas pestilentes mientras sus familias claman ayuda sin obtener soluciones.
Lo más doloroso es que, en muchos de estos lugares, viven personas vulnerables: ancianos solos, madres solteras, niños pequeños y familias con bajos recursos que no tienen a dónde mudarse ni cómo resolver por su cuenta lo que debería ser responsabilidad del Estado. El abandono es absoluto.
Mientras el gobierno insiste en campañas propagandísticas y en repetir que “no se deja a nadie desamparado”, las realidades como la del edificio 109 en El Calero demuestran lo contrario. Cuba vive una emergencia sanitaria silenciosa, y quienes la padecen no necesitan discursos, sino respuestas concretas.
Las familias solo piden lo mínimo: vivir con dignidad y sin hundirse en aguas albañales. Pero en la Cuba actual, incluso eso parece demasiado pedir.
Fuente: Alberto Arego