Los observatorios independientes Alas Tensas (OGAT) y Yo Sí Te Creo en Cuba (YSTCC) confirmaron en las últimas horas dos nuevos feminicidios ocurridos en La Habana y Camagüey, lo que eleva a 38 el número de casos verificados en el país en lo que va de 2025. Las actualizaciones se difundieron menos de 24 horas después de la verificación pública del asesinato de la maestra Miriela Mesa Hernández, ocurrido en Chambas, Ciego de Ávila.
Uno de los nuevos casos corresponde al feminicidio de Heidy León Domínguez, transportista privada que conducía un bicitaxi eléctrico, asesinada con extrema violencia la noche del 23 de octubre. La víctima residía y trabajaba en Alta Habana, municipio Boyeros, pero el crimen tuvo lugar en San Miguel del Padrón, también en la capital.
Según los observatorios, León Domínguez fue atacada por desconocidos que intentaron robarle sus pertenencias. En el hecho resultaron gravemente heridas una niña y la pareja de la víctima, quienes se encontraban con ella al momento de la agresión.
El segundo caso confirmado es el de Maidelín Reyes Hernández, de 49 años, asesinada el 24 de septiembre en su vivienda en el reparto El Van, municipio Vertientes, Camagüey. De acuerdo con la información verificada, el agresor fue su expareja, quien irrumpió violentamente en el hogar. Las organizaciones expresaron condolencias a su hija y a sus nietas, que estaban bajo el cuidado de la víctima.
Ambos feminicidios fueron inicialmente reportados por ciudadanos, activistas y medios locales, y posteriormente verificados por fuentes comunitarias. Los observatorios confirmaron que mantienen investigaciones abiertas sobre nuevas alertas de feminicidios en Santiago de Cuba, Villa Clara y Mayabeque, mientras siguen reclamando acceso a los expedientes policiales para avanzar en la verificación de otros casos.
Con estas actualizaciones, el registro conjunto de Alas Tensas y Yo Sí Te Creo en Cuba contabiliza 38 feminicidios y 1 intento de feminicidio confirmados en lo que va de año. Desde 2019, ambas organizaciones han verificado al menos 300 feminicidios en el país, pese a operar en un entorno hostil, marcado por la criminalización del activismo feminista, el acceso restringido a fuentes oficiales y la ausencia de una tipificación legal del feminicidio en la legislación cubana.
Mientras las autoridades utilizan expresiones como “asesinato por razones de género” o “violencia de género extrema”, los colectivos insisten en la necesidad de nombrar el problema como feminicidio y en la urgencia de una ley integral contra la violencia de género, que establezca protocolos públicos de registro y protección efectiva.
El Estado cubano no publica estadísticas anuales sistemáticas ni datos desagregados con enfoque interseccional, lo que impide dimensionar con precisión la magnitud del fenómeno. Esta opacidad institucional, denuncian las organizaciones, sigue siendo uno de los mayores obstáculos para combatir la violencia machista en el país.
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