El más reciente colapso de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), desencadenado por el apagón masivo que afectó el occidente del país, ha provocado una avalancha de críticas en las redes sociales. Los cubanos expresaron abiertamente su frustración, enojo y sarcasmo ante la recurrente caída de los servicios.
En el perfil oficial de ETECSA en Facebook, los comentarios evidenciaron el cansancio acumulado por las continuas interrupciones. Un usuario resumió el sentimiento general al preguntar: “La pregunta aquí es - ¿cuándo ha estado bueno el servicio?”. Otro recurrió a la ironía sobre las promesas del régimen: “Recuerden, en el 2035 todo estará bien, tengamos fe”, haciendo alusión a la meta gubernamental de alcanzar la “independencia eléctrica” para ese año.
La mención al 2035 se ha convertido en un símbolo del escepticismo ciudadano. Apenas días antes, el Ministerio de Energía y Minas (MINEM) había presentado la llamada Estrategia Nacional de Transición Energética, que busca lograr esa prometida “independencia eléctrica” en una década, mientras la población padece apagones que alcanzan las 20 horas diarias.
Las críticas también se dirigieron a la falta de mejoras que contrasta con el reciente aumento de precios en los servicios de telecomunicaciones. Los usuarios cuestionaron: “El cuento de nunca acabar, todos los meses es lo mismo”, y "¿Dónde está lo que iban a comprar con los millones recaudados?”.
El sarcasmo fue una respuesta habitual. Un comentarista señaló la sincronía de las fallas: “Etecsa al ritmo de la empresa eléctrica, ellos nunca se quedan atrás”, y otro culpó al fenómeno con humor: “Por culpa del Toque”. La burla y la ironía se multiplicaron en los mensajes, reflejando el colapso simultáneo de ambos sistemas.
Algunos ciudadanos intentaron aportar soluciones prácticas para paliar la falta de comunicación en vastas zonas del país. Una usuaria sugirió: “Pongan kit de paneles solares a las radiobases y seguro resolverán la incomunicación que tenemos 20h o más x 3h con corriente.”
El malestar se replicó en plataformas como Cubadebate y CiberCuba Noticias. “Nunca he visto una buena noticia desde el 2018”, escribió un lector, mientras otro satirizó la fragilidad del sistema: “Se resfría un pingüino en la Antártida y se cae el SEN y Etecsa en Cuba.”
La indignación se extiende más allá de la conexión y la electricidad. Un usuario expresó: “Sin corriente, sin telefonía (a pesar del tarifazo) y sin agua también. Pero tenemos fe”, y otro concluyó con una síntesis dramática: “Colapsa el SEN, colapsa Etecsa, el hambre colapsa, los hospitales colapsan, en resumen, la vida del cubano está colapsada.”
El apagón que generó esta oleada de críticas afectó la operatividad de gran parte del occidente. Informes previos indicaron que las fallas dejaron inoperativas a más del 50% de las radiobases en La Habana y Pinar del Río, con afectaciones también en Artemisa y Mayabeque. ETECSA había explicado que el restablecimiento del servicio telefónico dependía directamente de la reactivación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
Las reacciones en redes sociales, que oscilan entre la crítica frontal y el humor negro, ilustran el agotamiento de una población que ha normalizado vivir entre apagones, incomunicación y servicios progresivamente más caros. Aunque la empresa estatal asegura estar trabajando en la recuperación, los cubanos parecen haber perdido la esperanza de que las soluciones concretas lleguen antes del prometido año en que, según la narrativa oficial, "todo estará bien".