Tras más de cuatro años de encierro, el joven universitario José Alejandro Rodríguez Gelín, uno de los manifestantes del 11 de julio de 2021, ofreció un testimonio estremecedor sobre su paso por prisión y la realidad cubana actual.
El ex preso político recuperó la libertad el pasado 17 de noviembre, tras cumplir cinco años de condena en la prisión de Ahuica.
En una entrevista concedida a la periodista Yaima Pardo para Martí Noticias, aseguró que su intención es “contar la verdad al mundo”.
Rodríguez Gelín recordó que fue acusado de intimidación a delinquir, desorden público y atentado, delitos por los cuales la Fiscalía llegó a pedir nueve años de cárcel, bajo la premisa de presentarlo como “cabecilla” de la protesta en la localidad de Morea. “Para mí no hubo un proceso real. Cuando me senté en la mesa de instrucción ya todo estaba decidido”, afirmó.
Según relató, el juicio no fue más que “una obra de teatro”, donde acusados, abogados, fiscales y jueces cumplían un guion previamente escrito.
Con una precisión que evidencia las marcas del encierro, José Alejandro contó que estuvo 1.598 días preso, tiempo en el que su familia sufrió profundamente. “Crecimos mucho como seres humanos, pero el dolor fue enorme”, dijo. Al salir, una de las primeras cosas que lamentó fue haber perdido años esenciales para su juventud: formar una familia, ver crecer a los niños de su hogar, continuar sus estudios de pedagogía. Hoy no sabe si regresará a la universidad, pues teme que sea “otra vía para que la Seguridad del Estado vuelva a destruirme”.
Durante la entrevista, describió también la profunda destrucción social y estructural que encontró fuera de la cárcel: escuelas en ruinas, instituciones colapsadas y un país que no ha resuelto ninguna de las causas que llevaron a los cubanos a manifestarse en 2021.
Mientras hablaba, ocurrió un apagón en su casa: “Aquí tienes la respuesta. Las razones siguen ahí. Se deterioran cada día”.
El joven envió un mensaje a los presos políticos que aún permanecen encarcelados, como Giovanni Rosel García, hoy en huelga de hambre: “Que engorden su fe, que no dejen que esta maquinaria les mate el alma”. También habló de su estrecho vínculo con Félix Navarro, a quien calificó como “un padre” y cuya salud, asegura, está en grave riesgo.
Finalmente, José Alejandro expresó su mayor aspiración: aportar a una Cuba donde los ciudadanos “se amen entre ellos”, porque —dice— sin amor al prójimo no puede construirse una nación libre ni democrática.
“Mi voz, mi pluma y mi alma están para servirle a mi país”, afirmó.