La crisis sanitaria en Cuba alcanza niveles alarmantes y el costo lo están pagando los más inocentes: los niños. En Holguín, los casos de dengue se multiplican sin control, mientras el régimen castrista mantiene un silencio cómplice, ocultando cifras, minimizando los síntomas y dejando que la enfermedad se propague con total impunidad.
En el Hospital Pediátrico “Octavio de la Concepción y la Pedraja”, los testimonios de familiares y personal médico denuncian la llegada constante de niños con fiebre alta, vómitos, dolores musculares y extremidades hinchadas. Sin embargo, los informes oficiales permanecen vagos, incompletos o directamente ausentes.
La situación es crítica: los hospitales carecen de médicos, medicamentos e insumos básicos. Cada niño afectado se enfrenta no solo al virus, sino también a la negligencia sistemática de un sistema de salud colapsado. Los padres denuncian que deben llevar sus propios sueros y medicamentos porque el hospital no tiene lo necesario para atender a los pacientes.
Mientras esto sucede, la propaganda oficial insiste en que “todo está bajo control”, mostrando una vez más que la prioridad del régimen no es la vida de su población, sino mantener la apariencia de normalidad.
El brote de dengue no se queda dentro de las fronteras de Cuba. En las últimas horas, hospitales en el sur de la Florida han recibido pacientes provenientes de la Isla con síntomas compatibles con la enfermedad.
Esto confirma que la irresponsabilidad del gobierno cubano no solo pone en riesgo a sus ciudadanos, sino que amenaza la salud regional. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y las embajadas extranjeras deberían emitir alertas inmediatas para proteger a turistas y residentes internacionales, mientras en Cuba, los niños siguen pagando las consecuencias de un régimen incapaz de protegerlos.
Es hora de que el mundo vea la verdad: Cuba no está preparada para enfrentar una emergencia sanitaria. La negligencia gubernamental se traduce en vidas infantiles en riesgo, familias desesperadas y un sistema de salud que colapsa día tras día.
La comunidad internacional debe exigir transparencia y acción inmediata. Cada día que pasa sin medidas adecuadas es un día más de sufrimiento evitable para los niños cubanos.
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