En un partido cargado de significado, la selección argentina derrotó 2-0 a Angola en un amistoso celebrado en Luanda, en el histórico Estadio Nacional 11 de Noviembre, como parte de las conmemoraciones por el 50.º aniversario de la independencia angoleña. 

El primer tanto llegó al minuto 43: Lionel Messi filtró un pase milimétrico que Lautaro Martínez remató con precisión, consiguiendo su 36.º gol con la Albiceleste. En la segunda mitad, ya sobre el minuto 82, Martínez devolvió el favor con una asistencia atrás para que Messi definiera con su zurda y sellara el 2-0. 

Detrás de este duelo hay más que solo fútbol. Según los medios, Angola pagó 12 millones de dólares para que Argentina fuera su invitada estelar, como parte del festejo nacional. Las entradas para el público local fueron puestas a la venta por apenas 1 dólar para asegurar una gran concurrencia en el estadio, cuya capacidad ronda los 48.500 espectadores. 

En lo deportivo, Argentina no mostró un ritmo frenético: dominó la posesión (alrededor del 65 %) pero se conformó con mantener la ventaja. Este fue el único partido de la Fenómeno latino en la ventana internacional, lo que destaca el carácter especial de la invitación. 

Además, la convocatoria tuvo matices: algunos jugadores quedaron fuera por cuestiones sanitarias: Julián Álvarez, Nahuel Molina y Giuliano Simeone no viajaron porque no completaron el proceso de vacunación contra la fiebre amarilla, condición necesaria para entrar a Angola. 

Para los anfitriones, fue una celebración nacional con su selección compartiendo la fiesta con uno de los equipos mundiales más poderosos. Para Argentina, una despedida del año con Messi aportando brillo, sin cargar con la presión de un torneo competitivo. Un partido simbólico que vincula historia, diplomacia y fútbol.

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