Una nueva avería en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) volvió a dejar en evidencia la fragilidad del servicio energético en Cuba durante la madrugada de este miércoles. Según la información oficial divulgada en redes institucionales, alrededor de las 5:00 a.m. se produjo una falla en una de las líneas de transmisión que enlaza Santa Cruz del Norte con la central termoeléctrica Antonio Guiteras, en Matanzas.

El desperfecto provocó una sobrecarga en la línea paralela, lo que generó la división del SEN y la consiguiente salida de varias unidades generadoras. Entre ellas, quedaron fuera de servicio las plantas de Mariel, Santa Cruz del Norte, Céspedes 3 y Felton. Las autoridades aseguraron que Céspedes 3 y Felton ya iniciaron su proceso de arrancada y que Felton se reincorporó al sistema poco después.

A diferencia de otros eventos recientes, esta caída no afectó a la totalidad del país, lo que, según la información oficial, permitirá una recuperación más rápida. Al no producirse un apagón nacional total, los operarios iniciaron de inmediato la energización progresiva de las subestaciones del occidente, un proceso que se realiza de manera escalonada para evitar nuevas sobrecargas o inestabilidades.

No obstante, la situación ha generado preocupación entre la población, que desde hace meses enfrenta prolongados apagones, fallos en las termoeléctricas y una evidente incapacidad del sistema para operar sin incidentes graves. Aunque se insiste en que la región occidental es la más afectada por esta avería, las autoridades aclararon que Matanzas mantiene una situación similar a la de días anteriores, marcada por la intermitencia del servicio, pero no sufrió una caída total derivada de este evento específico.

En medio de esta nueva crisis, la termoeléctrica Antonio Guiteras —la mayor del país y una de las más inestables— presentó variaciones en sus parámetros, aunque actualmente genera de forma estable unos 200 megawatts, según reportes oficiales. La planta ha sido protagonista de múltiples fallos en los últimos años, casi siempre relacionados con su deterioro acumulado y la falta de mantenimiento profundo.

Esta nueva avería se suma a la larga lista de fallos del SEN en un contexto donde la población cubana vive bajo un estrés energético constante. Los apagones prolongados afectan desde la vida doméstica hasta la producción de alimentos, el transporte y los servicios básicos, mientras el Gobierno insiste en que las causas se deben a roturas imprevistas, falta de piezas de repuesto y limitaciones financieras.

Para los cubanos, esta situación no es nueva, pero sí cada vez más desesperante. La fragilidad del SEN, sumada a la falta de inversiones sostenidas y a la dependencia de plantas termoeléctricas envejecidas, apunta a que episodios como este seguirán repitiéndose, y que la recuperación del suministro eléctrico continuará siendo un desafío mayor para el país.

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