El joyero cubanoamericano Carlos Marcelín, popular en las redes sociales por sus videos sobre la compraventa de relojes de lujo, regresó a Cuba para visitar a su familia y recorrer las calles de su tierra natal, el pintoresco pueblo de Cojímar, en La Habana.

En un video compartido en sus plataformas digitales, mostró un recorrido por la zona costera y relató cómo un encuentro con un grupo de adolescentes cerca de la playa le trajo recuerdos de su propia niñez. Conmovido, los invitó a compartir unas pizzas, gesto con el que buscó dejar una huella positiva.

“Yo creo que en la vida cada cual debe ser libre de hacer lo que desea. Me gustaría conocer el mundo, pero las cosas que llenan mi corazón es lo que hago primero”, expresó durante la grabación.

Más allá de los gestos sencillos, Carlos quiso enviar un mensaje de motivación a los jóvenes: “Quiero inspirar a las nuevas generaciones para que sean mejores. Es importante saber que vienes de un pueblo bien pobre, pero puedes lograr lo que quieres en la vida. Tu origen no decide tu destino”.

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Radicado en Miami, Marcelín se ha consolidado como experto en tasaciones de joyas y relojes de lujo, trabajando con una clientela exclusiva y compartiendo en redes su estilo de vida ligado al mar y la buena comida, fiel a sus raíces de Cojímar.

Aunque mantuvo gran parte de su visita a Cuba en el ámbito íntimo, su mensaje de superación personal y amor por sus orígenes no pasó desapercibido, reafirmando su influencia tanto dentro como fuera de la isla.

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