En el día de ayer, pasajeros del ómnibus P11 en La Habana denunciaron que éste no se detuvo en varias paradas, generando molestias y retrasos entre trabajadores y estudiantes que dependen del transporte público para llegar a sus destinos.

Según publicó Anyelo Morales desde su perfil de Facebook, la unidad no se detuvo en la primera parada, lo que obligó a los pasajeros a caminar hasta la tercera, frente al hospital Calixto García, donde nuevamente la guagua no se detuvo para recoger a quienes la esperaban.

La situación provocó que muchas personas tuvieran que caminar largas distancias o buscar alternativas para llegar a tiempo a sus trabajos y centros de estudio. Morales señaló que la problemática se repite con frecuencia y genera frustración entre los ciudadanos, quienes ya enfrentan diariamente dificultades en el transporte público cubano.

“Si ya la situación del transporte es insostenible, encima de todas las dificultades del cubano nos vamos a agredir entre nosotros”, escribió el usuario, reflejando el hartazgo generalizado de los pasajeros.

Las opiniones en redes sociales fueron diversas, pero coinciden en un punto: la falta de regularidad y eficiencia en el servicio afecta de manera directa la vida cotidiana de quienes dependen de la P11. Muchos comentaron que los retrasos generan pérdidas de tiempo, estrés y complicaciones en los horarios laborales y académicos.

Usuarios también señalaron que esta situación es un reflejo de los problemas estructurales del transporte en la capital, donde la escasez de vehículos y la irregularidad de las rutas se han convertido en un desafío constante para los ciudadanos.

Especialistas y usuarios han alertado que la falta de planificación y la alta demanda de transporte público son factores que agravan la situación, y que la ausencia de paradas eficientes contribuye a conflictos entre pasajeros y choferes, así como a la incomodidad general. La comunidad en línea ha pedido a las autoridades una revisión del servicio y la implementación de medidas que garanticen paradas regulares y mayor comunicación sobre retrasos o cambios en las rutas.

El testimonio de Anyelo Morales evidencia cómo las fallas en el transporte público afectan la vida diaria de cubanos de todas las edades, especialmente de aquellos que dependen de la guagua para cumplir con sus obligaciones laborales y educativas. La situación pone de manifiesto la necesidad de soluciones urgentes para un servicio que, según la opinión de muchos, se ha vuelto insostenible.

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