La gobernadora de La Habana, Yanet Hernández Pérez, presentó este viernes su informe de gestión de 2025, donde destacó como principal logro el “vínculo con la población”. Sin embargo, la respuesta ciudadana fue inmediata: una avalancha de comentarios que exigieron acciones concretas y explicaciones sobre el colapso visible de los servicios públicos en la capital.

De acuerdo con Tribuna de La Habana, Hernández aseguró que su prioridad durante el año fueron los “intercambios directos con la población” y el seguimiento a planteamientos anteriores. Mencionó además acciones contra el delito, la corrupción, el consumo de drogas y las indisciplinas sociales, así como la estrategia para estabilizar la recogida de residuos. También habló de esfuerzos para “corregir distorsiones y reimpulsar la economía” mediante la contribución de casi 300 entidades exportadoras.

La gobernadora reconoció que en el período se recibieron más de 236.700 quejas ciudadanas, centradas en problemas de agua, electricidad, vivienda y deterioro habitacional. En la misma sesión, la viceprimera ministra Inés María Chapman exigió a los funcionarios “mayor presencia en las calles” y un trabajo más cercano a los barrios.

Pero la falta de cifras precisas en el informe encendió la inconformidad: usuarios del perfil del Gobierno capitalino en Facebook denunciaron un creciente deterioro urbano, la crisis de la basura, la inflación, el aumento de la delincuencia y el abandono de los municipios periféricos. Muchos calificaron la rendición de cuentas como “fantasiosa” y afirmaron que las autoridades describen una ciudad “que no existe”.

Otros cuestionaron la ausencia de explicaciones sobre la insalubridad crónica, las aguas negras, el colapso de los servicios bancarios o el estado crítico de las calles. “Esto parece cualquier cosa menos una capital”, comentó una usuaria. “La Habana sangra y no se hace nada por sanarla”, añadió otro vecino.

La percepción general entre los habaneros es la de una ciudad atrapada entre la basura, los derrumbes y el abandono. La política de priorizar la construcción de hoteles continúa generando molestia, especialmente entre quienes viven en hogares deteriorados o en riesgo.

A propósito del aniversario 506 de La Habana, las redes se llenaron de mensajes que acusaban al gobierno de desidia y falta de gestión, recordando que ni siquiera existe un diagnóstico actualizado sobre la cantidad de desechos acumulados en la ciudad. La propia administración reconoció recientemente que no puede garantizar la limpieza urbana ni ofrecer un salario digno a los trabajadores del aseo.

A ello se suman los apagones cada vez más prolongados, que afectan el descanso, el agua, la conservación de alimentos y medicamentos, las comunicaciones y la salud general de la población. En un contexto de incertidumbre creciente, los habaneros dicen sentirse abandonados frente a un deterioro que avanza más rápido que las promesas oficiales.

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