Colapso en el aire: accidente de un A-22 revela el deterioro acelerado de la aviación rusa
Redacción de CubitaNOW ~ lunes 22 de diciembre de 2025
Un hecho alarmante volvió a poner bajo cuestionamiento la capacidad operativa y el estado de mantenimiento de la aviación rusa. Según reportó HuffPost, el pasado domingo 14 de diciembre un avión de carga pesada modelo A-22 se partió literalmente en dos tras sufrir un grave accidente cerca de la base aérea de Ivanovo, ubicada a unos 250 kilómetros al oeste de Moscú. El incidente, lejos de ser un caso aislado, refleja la creciente fragilidad del sector aeronáutico ruso, tanto militar como civil.
Datos citados por el medio señalan que Rusia ha perdido alrededor de 170 aviones en combate desde febrero de 2022, lo que representa el 10% de toda su flota anterior al inicio de la invasión a Ucrania. Este ritmo de desgaste supera ampliamente la capacidad de producción y reposición de la industria aeronáutica rusa, que se encuentra presionada por la guerra y severamente limitada por sanciones internacionales que dificultan la adquisición de repuestos y tecnología.
Aunque el conflicto entre Rusia y Ucrania comenzó formalmente en 2014, fue la ofensiva masiva de febrero de 2022 la que disparó el uso intensivo de aeronaves militares en operaciones constantes. Este empleo continuado, combinado con la falta de mantenimiento especializado y dificultades logísticas, está provocando un deterioro estructural que empieza a evidenciarse con accidentes como el reciente desplome del A-22.
HuffPost cita además un análisis de Euromaidan que subraya que, pese a las dificultades, la Fuerza Aeroespacial Rusa (VKS) continúa siendo más poderosa que la ucraniana, gracias a su flota de bombarderos pesados y cazas furtivos. Sin embargo, la resistencia tecnológica no es infinita. El analista checo Jakub Janovsky advierte que, cuando el conflicto termine, la VKS podría enfrentar una reducción del 40% de su flota original, considerando pérdidas en combate, envejecimiento y desgaste de aeronaves que ya eran antiguas antes de la guerra.
La crisis no se limita al ámbito militar. El sector civil ruso muestra señales de un deterioro igualmente severo. De acuerdo con el Servicio de Inteligencia Exterior de Ucrania, citado también por HuffPost, las aerolíneas rusas podrían perder casi el 30% de su flota para 2030, debido al impacto prolongado de las sanciones internacionales. Estas restricciones han obligado a las compañías a depender de piezas recicladas, mantenimiento improvisado y la canibalización de aviones, prácticas insostenibles a largo plazo.
El accidente del A-22 se convierte así en un símbolo contundente de un problema mucho mayor: una industria aeronáutica que, atrapada entre la guerra, la obsolescencia y el aislamiento tecnológico, enfrenta una de las crisis más profundas de su historia moderna.
Fuente: HuffPost