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Colostomías con pomos de refresco

Redacción de CubitaNOW ~ sábado 20 de diciembre de 2025

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Una publicación de Irma Lidia Broek revela una de las facetas más dolorosas y silenciosas de la llamada “potencia médica” cubana. Mientras el gobierno presume de logros en la salud, la realidad del ciudadano común dista mucho de esa narrativa. Pacientes con colostomía, una condición que requiere atención especializada y bolsas colectoras adecuadas, deben improvisar con pomos de refresco para manejar sus desechos. Esta práctica indignante no solo refleja la carencia de insumos médicos básicos, sino también la desigualdad estructural que caracteriza al sistema de salud en la Isla.

El contraste es evidente. Mientras ciudadanos comunes enfrentan limitaciones extremas, los dirigentes del país acceden a recursos y tratamientos de primera calidad. Un ejemplo emblemático ocurrió cuando Miguel Díaz-Canel necesitó inmovilizar su brazo: el presidente fue fotografiado con un moderno cabestrillo ortopédico, claramente de alta calidad. Mientras tanto, miles de cubanos con fracturas han tenido que recurrir a cartones, tablas y otros objetos improvisados para estabilizar sus extremidades. Esta disparidad no es una casualidad, sino una práctica sistemática que muestra cómo la atención médica se distribuye según la posición social y el poder.

El problema no se limita a la escasez de equipos médicos; es también una cuestión de dignidad y derechos humanos. La improvisación con pomos de refresco, cartones o tablas para tratar lesiones graves refleja una negación del acceso básico a la salud. Los cubanos, lejos de recibir una atención equitativa, sufren diariamente las consecuencias de un sistema que prioriza a una élite mientras deja al pueblo en condiciones precarias.

Denunciar esta situación es fundamental. La salud no debería ser un privilegio, sino un derecho garantizado para todos. La población cubana merece hospitales equipados, medicamentos accesibles y tratamientos adecuados, sin depender de soluciones caseras que ponen en riesgo su bienestar.

Mientras exista esta brecha, la idea de Cuba como “potencia médica” se convierte en un eslogan vacío, distante de la realidad de quienes viven día a día las carencias del sistema.

Es hora de cuestionar, exigir y visibilizar estas injusticias. El pueblo cubano merece dignidad, recursos reales y atención médica de calidad, no privilegios reservados solo a quienes ostentan el poder.

Del perfil de Irma Broek


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