En medio de una crisis sanitaria que ya se ha vuelto incontrolable en varias provincias de Cuba, las declaraciones de Miguel Díaz-Canel han generado indignación en la población. El mandatario insistió en que la epidemia debe combatirse “con inteligencia”, una frase que ha sido recibida con escepticismo y frustración por cientos de ciudadanos en redes sociales.

Durante meses, las advertencias sobre el avance de la enfermedad fueron ignoradas, y ahora, ante la magnitud del problema, el gobierno parece reconocer su existencia solo de manera superficial.

Los comentarios de los usuarios reflejan la profunda desconexión entre las medidas gubernamentales y las necesidades reales del pueblo. Muchos recordaron que, desde los primeros casos en municipios como Perico, no se implementaron acciones efectivas de contención. “No actuaron así; un solo viajero comenzó la enfermedad y no hicieron nada para detenerla. Ahora no hablen de inteligencia”, escribió un internauta, resumiendo la sensación de abandono que sienten los ciudadanos.

Otros destacan la ausencia de medicinas, alimentos y atención sanitaria adecuada: “Combatir con inteligencia te quiero ver con los pies inflamados y las manos sin poder moverlas”, dijo una usuaria, reflejando el sufrimiento cotidiano que ha acompañado la expansión del virus.

La población subraya que las medidas básicas de higiene y saneamiento no se han aplicado de manera consistente. Usuarios piden fumigación inmediata, limpieza de basureros y suministro de alimentos y medicinas. La ironía de la situación se evidencia en comentarios como el de un ciudadano que señala que ahora el personal de comunales debería “ir a la universidad para aprender a recoger la basura”, o en otros que destacan la falta de acción mientras los altos funcionarios permanecen protegidos y sin contagiarse.

Muchos perciben que el discurso de “inteligencia” no es más que un intento de minimizar la realidad y controlar la narrativa, evitando admitir la cantidad real de casos y fallecidos. “Se refieren a omitir la cantidad de casos reales y de fallecidos, y a vacunarse ellos mientras el pueblo no recibe nada”, escribió un internauta, apuntando a una estrategia de encubrimiento que ha caracterizado la respuesta oficial desde el inicio.

La indignación colectiva se traduce en llamados a acciones concretas: fumigación inmediata, suministro de medicinas, alimentos suficientes y medidas sanitarias reales. La burla de la frase “combatir con inteligencia” contrasta con la cruda realidad de una población que sufre mientras las autoridades parecen priorizar la imagen sobre la vida de la gente. Meses de advertencias ignoradas han demostrado que, en la práctica, la inteligencia no sustituye la acción ni los recursos necesarios para enfrentar una epidemia.

Fuente: Alberto Arego

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