Comprar en “dólares” en La Habana: estantes llenos, pero fuera del salario cubano
Redacción de CubitaNOW ~ lunes 29 de diciembre de 2025
El youtuber cubano JSant TV publicó un video que retrata, con números en mano, lo que para muchos habaneros se ha vuelto rutina: supermercados abastecidos, pero en una moneda que la mayoría no gana.
La grabación transcurre en Casalinda, uno de los comercios en divisas más conocidos de La Habana. Desde la entrada, el mensaje es claro: los clientes no pueden acceder con mochilas y deben dejarlas en el guardabolso, una medida que marca el tono de una compra vigilada y, sobre todo, costosa.
Dentro, los estantes lucen llenos de marcas importadas y productos variados. Sin embargo, el contraste aparece cuando se mira la etiqueta. Con apenas 10 dólares, JSant y una acompañante intentan armar una compra “básica”, pero rápidamente concluyen que el presupuesto se evapora con facilidad. En el recorrido se mencionan precios como Pringles a 1,70 USD, Nutella a 2,30 USD y Pepsi a 1,00 USD la lata de 335 ml.
Otros productos esenciales tampoco bajan la presión: el arroz se ofrece alrededor de 1,50 USD, la mayonesa a 4,25 USD, y las rebajas —según comentan en el video— suelen concentrarse en artículos próximos a vencerse. Incluso cuando aparecen descuentos, como el caso de la leche (de 4 a 3,35 USD), la sensación general es que siguen siendo cifras altas para el bolsillo promedio.
La comparación con los ingresos termina de explicar la brecha. Con el tipo de cambio citado en el reporte (alrededor de 410 CUP por 1 USD), un salario mínimo de 2.100 CUP equivale a poco más de 5 dólares al mes, mientras que un salario medio de 6.000 CUP ronda apenas 14–15 dólares. En ese escenario, productos como aceite de oliva (5,90 USD) o frijoles blancos (3,40 USD) se convierten en gastos inalcanzables.
El video recorre además precios de pastas (entre 1,50 y 2,20 USD), azúcar (2,35 USD), tomate frito (hasta 2,50 USD) y carnes como la pechuga de pollo (5,20 USD). La conclusión queda flotando en cada pasillo: la oferta existe, pero el acceso no. En la Cuba dolarizada, el problema ya no es solo encontrar productos, sino poder pagarlos.