A pocos días de concluir el año, una publicación del periodista Mario Pentón volvió a poner en evidencia la grave escasez de alimentos en Cuba, luego de que residentes de La Habana denunciaran la venta de apenas una libra de pollo por persona como única proteína disponible para cerrar el año.

La denuncia fue compartida bajo la etiqueta #DenunciaCiudadanaCuba, acompañada de una imagen que muestra la reducida ración asignada. “En La Habana nos acaban de vender esta librita de pollo por persona para fin de año”, señala el mensaje, que rápidamente generó reacciones y comentarios de cubanos dentro y fuera de la isla.

El contexto de la denuncia cobra especial relevancia debido a que el mes y el año están por concluir sin que, según numerosos testimonios, se haya garantizado una distribución estable de proteínas a través del sistema de racionamiento. La entrega limitada ha sido interpretada por muchos ciudadanos como insuficiente para cubrir las necesidades básicas de las familias, especialmente en una fecha tradicionalmente asociada a celebraciones.

En los comentarios a la publicación, varios usuarios destacaron que la situación no es uniforme en todo el país. Algunos señalaron que incluso esa mínima ración solo fue distribuida en La Habana, mientras que en otras provincias no se entregó ningún tipo de proteína. “Eso es para La Habana nada más, porque para las demás provincias nada de nada”, escribió una usuaria, mientras otra añadió que en el oriente del país “ni siquiera esa migaja” fue distribuida.

Otros comentarios apuntaron al descontento generalizado con el sistema de distribución estatal de alimentos. Varios ciudadanos denunciaron que las entregas fragmentadas sirven como mecanismo de control, sin resolver el problema de fondo de la escasez. También se reflejó frustración por la falta de cambios estructurales que permitan a las personas adquirir alimentos con el fruto de su trabajo.

La publicación de Mario Pentón se suma a otras denuncias recientes sobre la crisis alimentaria en Cuba, marcada por la reducción de productos básicos, retrasos en las entregas de la libreta de abastecimiento y un aumento sostenido de los precios en el mercado informal. A medida que finaliza el año, crece la preocupación entre los ciudadanos por la falta de garantías mínimas para cubrir necesidades esenciales.

Crédito: Periodista Mario Pentón

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