El presidente cubano Miguel Díaz‑Canel anunció este jueves el inicio de una “guerra sin cuartel” contra burócratas, indiferentes y corruptos, a quienes calificó como “traidores”, durante su intervención en el cierre del periodo de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, según informó America TeVe.

El pronunciamiento se produjo días después de que se conociera la sentencia de cadena perpetua contra el exministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, un caso que ha generado gran controversia dentro de la cúpula política cubana en los últimos años.

Si bien Díaz‑Canel no mencionó a Gil de manera directa, subrayó que la burocracia, la apatía y la corrupción representan “lastres” que frenan el progreso de la isla y que en estas conductas “se oculta la traición”. “Los burócratas, los indolentes y los corruptos representan la negación misma de la revolución. Sus actitudes reflejan un desprecio profundo por la población”, afirmó el mandatario, según el reporte.

El jefe de Estado enfatizó que “el antídoto reside en el pueblo, que tarde o temprano descubre y desenmascara al simulador”, haciendo hincapié en la importancia de recuperar la confianza ciudadana y eliminar prácticas que considera perjudiciales para el desarrollo económico y social del país.

El discurso de Díaz‑Canel estuvo enfocado en la crisis económica que atraviesa Cuba, un problema que el propio gobierno ha reconocido como resultado de “errores internos” y desequilibrios acumulados en la gestión macroeconómica. Entre los principales desafíos mencionados están la contracción del producto interno bruto, la elevada inflación, la escasez de productos, la crisis energética estructural y la caída de ingresos externos, situaciones que afectan de manera directa la vida cotidiana de los ciudadanos.

Asimismo, el mandatario se refirió a desvíos de recursos y otras irregularidades administrativas que han salido a la luz y que, según él, deben ser combatidas con firmeza. Su exhortación a una lucha sin tregua contra la corrupción y la ineficiencia estatal refleja la presión creciente dentro del gobierno para ofrecer resultados concretos frente a una situación económica compleja y prolongada.

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