Un caso que comenzó como una supuesta denuncia de robo terminó destapando una trama delictiva organizada para sustraer y revender autos de renta en la provincia de Cienfuegos. La investigación permitió desarticular una banda integrada por varios individuos, entre ellos el propio denunciante, según información conocida en el territorio.

Los hechos se remontan al 11 de diciembre de 2025, cuando un ciudadano identificado como “Luis Gabriel” reportó la desaparición de un automóvil Hyundai blanco, con matrícula T-038855, perteneciente al sistema de renta estatal. De acuerdo con su versión inicial, había dejado el vehículo estacionado frente a una paladar en la avenida 5 de Septiembre, con el motor encendido y las llaves puestas, y este habría sido robado en cuestión de minutos.

Sin embargo, el relato levantó sospechas por varias inconsistencias. A partir de ahí, la investigación reveló que no se trataba de un robo al azar, sino de un plan previamente concebido. “Luis Gabriel”, quien había llegado recientemente desde Miami, habría alquilado el vehículo y luego presentado la denuncia para aparentar ser una víctima, mientras otros miembros del grupo ejecutaban el delito.

Según los datos conocidos, el plan se coordinó con un individuo identificado como “Marcos”, su hermano y otro cómplice. Estos se encargaron de sustraer el auto, modificar su apariencia —incluido el cambio de color a gris y la sustitución de las chapas— y ocultarlo con la intención de venderlo posteriormente en La Habana por una suma cercana a los dos millones de pesos, que sería repartida entre los involucrados.

Las pesquisas permitieron localizar el automóvil en una vivienda situada en la carretera de Las Moscas, donde permanecía oculto. Las pruebas reunidas confirmaron además la participación directa del denunciante, quien facilitó el acceso al vehículo. En este punto resultó clave el uso de llaves inteligentes, que hacen prácticamente imposible el uso del auto sin la autorización del arrendatario.

Todos los implicados fueron detenidos y enfrentarán cargos penales por su participación en el hecho. Más allá del caso puntual, el episodio vuelve a poner sobre la mesa el incremento de delitos asociados al robo de bienes estatales, un fenómeno que ha ido en aumento en medio de la crisis económica, la escasez y la pérdida de valores que golpea a la sociedad cubana.

Para “Luis Gabriel”, las consecuencias van más allá del proceso judicial. Además de enfrentar una posible condena en Cuba, su situación compromete cualquier intento de regresar a Estados Unidos y deja marcada su reputación personal. Un plan que aparentaba ser “fácil” terminó convirtiéndose en un problema de gran magnitud.

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