La crisis de las drogas sintéticas sigue golpeando con fuerza en La Habana y el reparto La Zamora, en Marianao se ha convertido en un ejemplo doloroso de este fenómeno. Imágenes y videos enviados a la redacción de La Tijera News muestran a personas claramente bajo los efectos de la droga conocida como “El Químico", evidenciando el daño físico y mental que provoca.

Vecinos denuncian que la venta de estas sustancias ocurre a plena luz del día, generando miedo y sensación de inseguridad. Algunos testimonios señalan que quienes venden estas drogas podrían estar protegidos por vínculos con la PNR o el MININT, lo que explicaría la aparente impunidad que impera en la zona. Esta situación ha llevado a un deterioro social profundo, donde la violencia y el abandono institucional se hacen evidentes a diario.

El impacto sobre la juventud es devastador. Padres desesperados narran cómo sus hijos se deterioran física y emocionalmente, perdiendo valores, principios y la cohesión familiar. “Es aborrecible ver a tu hijo caer en pedazos, derrumbarse de manera cruel y dura”, comenta un usuario en redes, reflejando el dolor de muchas familias atrapadas en esta problemática. Otro vecino añade: “Así está la mayoría en Cuba y los dirigentes no hacen nada porque les conviene que estén enajenados”.

Los comentarios de la comunidad muestran distintos puntos de vista. Algunos reclaman medidas más estrictas y sostenidas: “No basta con ofensivas a ratos, debe ser diario y con acciones concretas sobre consumidores y vendedores”, mientras otros consideran que el problema refleja la falta de oportunidades y esperanzas en la juventud cubana. La percepción general es de frustración y desesperanza, con familias que sienten que están perdiendo el control sobre sus propios hogares.

Además, se observan consecuencias indirectas como el aumento de robos en casas y negocios, motivados por la necesidad de adquirir la droga. Los vecinos también alertan sobre el riesgo de que esta situación se siga extendiendo a otras comunidades si no se toman medidas urgentes.

La ciudadanía exige respuestas reales: seguridad, protección y programas de prevención y rehabilitación que realmente funcionen. La epidemia de “El Químico” no solo destruye cuerpos, sino que socava la esperanza y el tejido social de barrios enteros en La Habana.

Del perfil de la Tijera

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