En la ceremonia anual de premiación a los mejores cerradores de la temporada, el cubano Aroldis Chapman brilló con luz propia al llevarse el galardón al Mejor Relevista, una distinción que corona una campaña difícil de olvidar. El lanzador de 37 años dejó atrás cualquier atisbo de declive y demostró que el fuego sigue vivo en su brazo.

Jugando 67 partidos en la temporada regular, Chapman acumuló una magnífica efectividad (ERA) de 1.17 y un WHIP de 0.70, cifras que lo posicionaron en la élite de los relevistas. Asimismo ponchó 85 bateadores, un registro sobresaliente que refleja su dominio sobre la caja de bateo rival. 

Durante la entrega del premio, Chapman no ocultó su emoción: agradeció el respaldo del equipo, de la afición y reconoció lo que significa mantenerse en la cima con tantos años de trayectoria. “Esto es para todos los que creyeron en mí”, dijo con evidente emoción, dejando claro que su legado no estaba escrito aún.

Su campaña está marcada por momentos de altísima consistencia y control: lanzar 61.1 innings en total, salir victorioso cinco veces y cargar con sólo tres derrotas. Además, su capacidad para manejar situaciones críticas en el bullpen fue clave para que su equipo mantuviera la competitividad durante la campaña.

Chapman demostró que la edad es sólo un número y que la experiencia, unida a la ejecución, puede producir resultados de élite. Con este galardón, se reafirma no sólo como un cerrador top en la liga, sino como un símbolo de perseverancia y excelencia. Su temporada no sólo será recordada por los números, sino por la emoción auténtica que transmitió al recibir el reconocimiento.

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