La esposa de Yoendris Leiva, un cubano detenido por ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos), hace un desesperado llamado a la comunidad para evitar que sus tres hijos terminen en la calle. Además, teme que su esposo sea deportado y separada de él, ya que no tiene los recursos para pagar el alquiler y mantener a su familia, especialmente a su hija pequeña, que padece serios problemas de salud.

El 2 de diciembre, Yoendris Leiva fue arrestado por ICE, dejando a su familia en una situación de vulnerabilidad extrema. La mujer, quien pidió no ser identificada por razones de seguridad, ha expresado estar apenada por tener que pedir ayuda, pero la situación es insostenible. "Tengo tres hijos, y mi pequeña, que sufrió una parálisis cerebral, está muy enferma. No sé cómo voy a hacer frente a todo esto. Si mi esposo es deportado, y si no conseguimos ayuda, perderemos nuestro hogar y no sé qué hacer con mis hijos", relató entre lágrimas.

Yoendris llegó a los Estados Unidos en 2017 de forma ilegal, después de un arriesgado viaje por mar. Tras varios meses en prisión, fue liberado, pero con una orden de deportación. A pesar de no haber cometido un delito grave, se encuentra detenido nuevamente, a la espera de su futuro en un proceso migratorio incierto. La familia enfrenta ahora la angustia de su posible deportación, mientras luchan por sobrevivir en un país donde las oportunidades son limitadas para quienes viven en situación irregular.

Lo que más preocupa a la esposa de Yoendris es la salud de su hija, quien enfrenta serios problemas de movilidad debido a su condición de parálisis cerebral. La niña requiere cuidados especiales y atención médica constante, algo que se vuelve cada vez más difícil de costear debido a la falta de ingresos tras la detención de su esposo.

La mujer, en su desesperación, ha abierto una campaña en GoFundMe para recaudar fondos que le permitan cubrir el alquiler y los gastos médicos de su hija. A pesar de la difícil situación, la mujer pidió ayuda a la comunidad con la esperanza de que las personas solidarias se unan a su causa.

“Sé que muchos están pasando por dificultades, pero estoy pidiendo ayuda porque no puedo permitir que mis hijos se queden en la calle, y mucho menos que mi hija no reciba el tratamiento que necesita”, comentó.

Este caso pone en evidencia las dificultades que enfrentan muchas familias inmigrantes en Estados Unidos, que no solo tienen que lidiar con el proceso de deportación, sino también con la falta de apoyo para enfrentar situaciones críticas de salud y sobrevivir en un contexto de vulnerabilidad.

Fuente: Javier Díaz

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