Hospital 'Carlos M. de Céspedes' de Bayamo con pacientes en los pisos por carencia de camas
Redacción de CubitaNOW ~ martes 18 de noviembre de 2025
Las reacciones ante las recientes imágenes del colapso hospitalario en Cuba reflejan el sentir de un pueblo cansado, herido y profundamente indignado. Lo que antes algunos intentaban justificar con consignas vacías, hoy se hace imposible de esconder: el país atraviesa una emergencia humanitaria que afecta directamente la vida y la dignidad de millones de personas.
Las imágenes del Hospital "Carlos M. de Céspedes" de Bayamo estremecen. Personas enfermas tiradas en el suelo porque no quedan camas. Gente que espera atención que nunca llega. Un sistema de salud que ya no aguanta más. La realidad es dura y visible, aunque intenten negarla.
Mientras la población enfrenta caos, abandono y dolor, las autoridades siguen repitiendo que todo funciona. Esa contradicción ya no se sostiene. La ciudadanía merece respeto, información honesta y un servicio que no deje a nadie atrás.
Muchos cubanos expresan que jamás imaginaron ver así a su nación. Gente llorando al reconocer que podría tratarse de un familiar, otros lamentando la indiferencia de quienes aún defienden un sistema que hace tiempo dejó de responder a las necesidades básicas de la población. Los ciudadanos exigen respeto, dignidad y humanidad, sentimientos repetidos una y otra vez entre los comentarios que circulan en redes sociales.
El contraste también ha sido tema recurrente: hoteles vacíos mientras los hospitales colapsan. Edificios con cientos de habitaciones perfectamente utilizables permanecen sin función, mientras enfermos agonizan en pasillos y pisos inmundos.
Las personas cuestionan por qué no se adaptan esos espacios para aliviar la emergencia, recordando que el bienestar del pueblo debería ser prioridad absoluta. También señalan la contradicción de enviar brigadas médicas al extranjero mientras el país carece de lo más elemental para atender a su propia gente.
Entre la población crece el sentimiento de desesperanza, pero también un llamado urgente al cambio. Muchos piden a la comunidad internacional que deje de mirar hacia otro lado y reconozca la magnitud del sufrimiento que vive Cuba. Otros claman por qué quienes aún justifican al sistema, expliquen lo que es indefendible, pero esos defensores guardan silencio ante imágenes que ya no admiten excusas.
Las plegarias también se han hecho presentes. Personas desde dentro y fuera de la Isla piden a Dios protección para las familias cubanas, misericordia para un pueblo agotado y fortaleza para quienes no pueden emigrar y deben enfrentar cada día una realidad que se deteriora sin freno.
El mensaje general es claro: Cuba necesita cambios profundos, respuestas reales y un liderazgo que priorice la vida humana sobre la propaganda.
El pueblo está hablando con fuerza, con dolor y con una sinceridad que ya no se puede silenciar. Este no es un debate político, es una crisis humanitaria que exige ser atendida con urgencia y responsabilidad.
Del perfil de Cubano por el Mundo