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Jorge Luis Broche vuelve con el mismo guion: nuevas promesas económicas para Cuba

Redacción de CubitaNOW ~ sábado 22 de noviembre de 2025

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Jorge Luis Broche Lorenzo, miembro del Secretariado del Partido Comunista y jefe del Departamento Económico Productivo del Comité Central, volvió a escena este jueves con un discurso que los cubanos ya conocen de memoria. Presentado como el rostro del nuevo “programa del gobierno para corregir distorsiones e impulsar la economía”, su intervención se pareció más a un reciclaje de promesas que a una verdadera hoja de ruta para sacar al país del colapso.

Broche, una figura clave en la estructura económica del Partido, aseguró que esta agenda busca enfrentar los desequilibrios acumulados y las llamadas “tendencias negativas” que —según dijo— “nos duelen porque no estamos felices con ellas”. Reconoció desigualdades crecientes, habló de eventuales dolarizaciones parciales y admitió la existencia de “retos duros” como la escasez de combustible y el deterioro energético. Pero lo hizo con el mismo lenguaje abstracto que durante años ha servido para evadir responsabilidades concretas.

El funcionario enmarcó todo dentro de la narrativa de una “economía de guerra”, concepto utilizado por el gobierno para justificar la crisis permanente y el incumplimiento sistemático del llamado Plan 2030. Insistió en que el programa debe ser un espacio de participación ciudadana, aunque en la práctica esa “participación” suele limitarse a consultas formales sin impacto real en las decisiones estatales.

Como es habitual, pidió una “mentalidad innovadora” para encontrar soluciones y avanzar dentro del socialismo. Pero en un país donde el aparato gubernamental bloquea iniciativas privadas, restringe importaciones y mantiene un control férreo sobre casi todos los sectores productivos, muchos ciudadanos se preguntan qué tipo de innovación puede surgir cuando las reglas del juego nunca cambian para quienes detentan el poder.

Broche se suma así a la larga lista de funcionarios que prometen transformar el panorama económico sin tocar las causas profundas del estancamiento. Y aunque ahora es la cara visible de la llamada “corrección de distorsiones”, la historia reciente —con casos como el de Marino Murillo— demuestra que cuando estos planes fracasan, los costos los paga el pueblo, no los arquitectos del desastre.

Mientras tanto, en la calle, la realidad sigue siendo la misma: inflación desbordada, apagones interminables, salarios insuficientes y una emigración masiva que no se detiene. Los anuncios oficiales llenan titulares, pero no llenan ollas. Y así, un nuevo plan se suma a la lista de promesas que Cuba lleva escuchando más de medio siglo.


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