Un hombre de 26 años, Christian Jesús Arias Acosta, fue arrestado en La Pequeña Habana luego de enviar a su exnovia una serie de mensajes de voz con amenazas de muerte que generaron gran alarma.

La víctima recibió unos mensajes desde el pasado 6 de junio, entre los cuales Arias Acosta llegó a amenazar con decapitarla y exhibir su cabeza en el balcón de su casa. Ante las súplicas de la mujer para que cesara el acoso, él respondió con un “No, nunca, hasta que mueras”.

El Departamento de Policía de Miami informó que el arresto tuvo lugar en un gimnasio de la zona y que el sospechoso, tras ser detenido, renunció a sus derechos Miranda y confesó haber enviado las amenazas. La víctima entregó las grabaciones como prueba, y además se confirmó que la pareja tenía antecedentes previos de violencia doméstica.

Actualmente, Arias Acosta enfrenta cargos graves conforme al Estatuto 836.10 de Florida, que castiga con hasta 15 años de prisión y multas de hasta 10,000 dólares las amenazas de muerte escritas o electrónicas. Las autoridades recomiendan a quienes sufren abuso o violencia en sus relaciones acudir a la Línea Nacional de Ayuda contra la Violencia Doméstica para obtener apoyo.

En la misma semana en que Christian Jesús Arias Acosta fue arrestado por amenazar de muerte a su exnovia, La Pequeña Habana ha vivido varios episodios violentos que involucran a residentes de la zona.

Un tiroteo en las primeras horas del jueves dejó a una mujer herida de bala en el estómago, siendo trasladada de urgencia a un hospital. El atacante huyó y las autoridades mantienen abierta la investigación, sospechando que el incidente podría estar relacionado con conflictos domésticos.

Además, dos personas fueron detenidas por un tiroteo surgido tras una disputa por un espacio de estacionamiento. Héctor Baqueda, de 33 años, disparó a Edgar Morales por haber movido su auto. Tras herirlo en una pierna, Baqueda lo amenazó a él y a su familia. Morales logró desarmar al agresor, que fue auxiliado por Génesis Arias, arrestada luego por complicidad. Ambos enfrentan cargos graves y se encuentran en custodia.

Estos sucesos reflejan la preocupación creciente en la comunidad de La Pequeña Habana por la violencia doméstica y conflictos armados, haciendo imprescindible la acción coordinada entre autoridades y programas de apoyo para víctimas de violencia.

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