Este viernes llegó al puerto de Santiago de Cuba una Central Eléctrica Flotante de fabricación turca que permitirá airar un poco el sistema electroenergético en el oriente de la isla afectado por un déficit de generación.

“Con la llegada de esta unidad, una vez sincronizada, se pretende aumentar la generación para cubrir la demanda, que se ha visto limitada desde hace algunos meses, debido al déficit de capacidad del sistema electroenergético nacional”, dijo el diario local Sierra Maestra.

El citado medio agregó que “este tipo de embarcaciones con tecnología energética permiten dar mantenimiento a otras centrales termoeléctricas, contribuyen a incrementar la reserva nacional y sustituyen el uso de diésel, uno de los combustibles más caros en la generación eléctrica”.

En tanto argumentaron que “este beneficio se apreciará en la urbe una vez que la embarcación y sus recursos energéticos se sincronicen con el sistema de Santiago”.

Prensa Latina, otro medio estatal cubano, describió a la planta “equipada con seis motores a fuel oil, y una vez sincronizada a la red, debe aportar entre 100 y 105 MW”.

Anteriormente atracó en el puerto de La Habana una muy similar incorporada al Sistema Eléctrico Nacional (SEN).

Con la termoeléctrica ubicada en Santiago ya son ocho, los botes de este tipo establecidos en Cuba gracias a un acuerdo con la empresa Karadeniz Holding que data de 2019.

En la Bahía de La Habana hay 4 emplazadas y otras tres en Mariel, provincia de Artemisa.

En febrero pasado el ministro cubano de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, defendió la decisión del gobierno cubano de contratar centrales eléctricas flotantes de procedencia turca.

De la O Levy compareció en el programa Mesa Redonda e informó, entre otras cosas que “el país afrontará apagones de un mínimo de tres horas por día hasta el mes de mayo”.

Sobre la utilización de plataformas de generación eléctrica flotantes, el alto funcionario señaló que “las llamadas patanas son como grandes inversiones realizadas en una enorme termoeléctrica. “Hoy tenemos 633 MW instalados en esta tecnología. Esta se paga de manera mensual durante 17 años”.

“Somos del criterio que en el medio de la crisis que estamos viviendo, fue el mejor negocio que se hizo”, dijo ante las inquietudes que suscita en la población este tipo de tecnología.

El ministro se refirió a la capacidad rápida de funcionamiento para solventar la crisis y recordó que, por ejemplo, “las unidades que más rápido se han construido en Cuba fueron las Hitachi que están en Cienfuegos y cada bloque demoró 4 años y son solo de 158 MW”.

“Realmente una patana llega y se conecta. Hay 8 emplazamientos en Cuba, siete que están generando y la última se está preparando para sincronizarla con el sistema”, expuso.

En el mes de febrero el ministro admitió que había un plan para mover algunas de las patanas hacia oriente pero cuando se alcanzara más capacidad de generación en Occidente, aunque admitió que podría ser “pronto” .

“Está previsto colocar alguna potencia en la zona oriental en un lugar donde haya base de combustible, suministros y se pueda atracar la patana y esté listo la subestación. Estos estudios ya están realizados y esto debe ocurrir en corto tiempo”, dijo.

Tras sus declaraciones se experimentó en esa zona del país una enorme desestabilización eléctrica que al parecer fue el motivo para acelerar el proceso.

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