El actor cubano Luis Alberto García se sumó al debate público sobre la nueva tasa de cambio anunciada por el Banco Central de Cuba (BCC), expresando fuertes críticas a la reforma cambiaria que entró en vigor el 18 de diciembre y que introduce una tasa flotante para determinadas operaciones.

A través de una extensa publicación en sus redes sociales, el reconocido intérprete puso en duda el impacto real de las medidas y cuestionó el discurso oficial que prometía alivio económico para la población.

García comparó las tasas oficiales recién publicadas por el BCC y CADECA con las del mercado informal, divulgadas por el medio independiente elTOQUE, y concluyó que no existen “diferencias verdaderamente sustanciales” entre ambas. “NO. NO. NO. Y NO”, escribió el actor, enfatizando que el nuevo esquema no representa un cambio significativo para el bolsillo de los cubanos. Según expuso, mientras en el mercado informal 100 dólares rondan los 4.400 pesos cubanos, en el sistema bancario oficial se convierten en aproximadamente 4.100 CUP, una diferencia que calificó de mínima frente al costo real de la vida.

En su publicación, Luis Alberto García recordó las críticas y ataques lanzados durante meses contra elTOQUE, acusado por sectores oficiales de manipular datos y “atacar el valor de la moneda”. A la luz de las nuevas tasas oficiales, el actor consideró que esas predicciones no estaban equivocadas y que el propio Estado ha terminado reconociendo, de facto, el valor que el mercado informal asigna al peso cubano.

El actor también expresó su falta de confianza en las políticas económicas recientes. “Mi credibilidad con respecto a las medidas que durante los últimos años se han estado implementando está en números negativos”, afirmó, señalando que, pese a las promesas de gradualidad y respaldo técnico, la reforma no ha traído el alivio esperado por muchos ciudadanos.

García reconoció que parte de la población albergó esperanzas de que sus gastos en alimentos, transporte y medicinas se redujeran, pero sostuvo que esas expectativas no se han cumplido.

Uno de los ejemplos más contundentes expuestos por el actor fue el de su madre, cuya pensión asciende a 2.178 pesos cubanos. Según sus cálculos, esa cantidad equivale a poco más de cinco dólares mensuales tanto con la tasa del mercado informal como con la nueva tasa oficial, una cifra que sigue sin alcanzar para cubrir productos básicos como un cartón de huevos. Para García, este caso ilustra cómo las reformas cambiarias no logran mejorar de manera tangible las condiciones de vida de los sectores más vulnerables.

El actor concluyó su análisis señalando que la ley de la oferta y la demanda continúa siendo determinante en la economía cubana y que, mientras no exista una producción real de bienes, la inflación seguirá afectando a la población. Su publicación ha generado numerosas reacciones y reavivado el debate sobre la efectividad de la nueva política cambiaria y su impacto en la vida cotidiana de los cubanos.

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