El dictador venezolano Nicolás Maduro confirmó que mantuvo recientemente una conversación telefónica con el presidente estadounidense Donald Trump, en medio del clima de tensión que ha marcado las relaciones entre Caracas y Washington durante las últimas semanas. Según explicó, la llamada —ocurrida hace unos diez días— se desarrolló en un tono que calificó como “respetuoso y cordial”.

La revelación tuvo lugar este miércoles durante un acto oficial transmitido por la televisión estatal, donde Maduro aseguró que el intercambio podría abrir la puerta a un esquema de diálogo directo entre ambos gobiernos. “Si esta comunicación sirve para avanzar hacia un trato Estado a Estado, siempre estaremos del lado de la diplomacia y de la paz”, afirmó.

La conversación se produjo en momentos en que Estados Unidos mantiene una presencia militar reforzada en el Caribe. Desde agosto, el Pentágono desplegó buques de guerra en la región, operación a la que se sumó recientemente el portaaviones USS Gerald R. Ford, bajo el argumento de combatir el narcotráfico. Caracas insiste en que estas maniobras buscan desestabilizar su gobierno y generar las condiciones para una intervención.

Medios estadounidenses reportaron que en la llamada también participó el secretario de Estado Marco Rubio y que, pese al tono diplomático, no se alcanzaron acuerdos concretos ni se fijaron pasos siguientes. Trump había confirmado el fin de semana que habló con Maduro, aunque restó importancia al contenido del diálogo al señalar que “fue solo una llamada”.

El gobierno norteamericano sostiene que Maduro encabeza el denominado Cartel de los Soles, organización que Washington catalogó como terrorista a finales de noviembre. Además, ofrece una recompensa de 50 millones de dólares por información que permita detener al dirigente chavista, a quien acusa de liderar una estructura que facilita el tráfico de drogas en la región.

Las tensiones también se trasladaron al ámbito aéreo. En los últimos días, Washington emitió advertencias para que aerolíneas y pilotos eviten el espacio aéreo venezolano, señalándolo como un entorno inestable. Estas advertencias provocaron cancelaciones masivas de vuelos hacia el país sudamericano, lo que llevó a Caracas a suspender las concesiones de operación de ocho aerolíneas internacionales, entre ellas tres españolas.

En paralelo, se detectó la presencia de bombarderos estadounidenses B-52H operando cerca de la costa venezolana, de acuerdo con registros de plataformas de rastreo aéreo. El despliegue de estas aeronaves, capaces de transportar grandes cargas de armamento, se suma a patrullas marítimas y otros movimientos militares estadounidenses que han generado inquietud en la región.

El Pentágono reconoció recientemente que existen “planes de contingencia” vinculados a un eventual escenario de crisis final en el gobierno de Maduro. Trump ha señalado que su administración evalúa “todas las opciones”, incluidas eventuales acciones militares, si considera que persiste el flujo de narcotráfico atribuido a embarcaciones que operan en aguas cercanas.

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