Nicolás Maduro atraviesa uno de los momentos de mayor tensión desde que asumió el poder en Venezuela. Según revelaciones del Miami Herald y otros medios estadounidenses, el líder chavista ha intensificado drásticamente sus medidas de seguridad por temor a un ataque militar de precisión ordenado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien recientemente le dio un ultimátum para abandonar el poder.

De acuerdo con siete fuentes cercanas al régimen citadas por el Miami Herald, Maduro rota constantemente los lugares donde duerme, cambia con frecuencia sus teléfonos celulares y ha reajustado por completo su anillo de protección. El principal temor es convertirse en blanco de un bombardeo o de una operación de fuerzas especiales estadounidenses, debido a las acusaciones de Washington que lo vinculan con el Cártel de los Soles, catalogado por EE.UU. como una organización terrorista. Sobre su cabeza pesa además una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca a su captura.

El entorno del mandatario refleja una presión creciente. Mientras los informes internos describen un clima asfixiante y paranoico, Maduro intenta proyectar una imagen de normalidad y desafío durante sus apariciones públicas, donde incluso se le ha visto bailando en actos oficiales.

Otros reportes, como uno publicado por The New York Times, confirman que Maduro ha reforzado su dependencia de La Habana. La administración Trump ha intensificado su campaña de presión, y como respuesta, el dirigente venezolano ha ampliado el papel de los guardaespaldas cubanos dentro de su esquema de seguridad. También ha sumado más agentes de contrainteligencia formados por Cuba a puestos clave en el ejército venezolano, consciente de que la isla tiene un interés vital en su permanencia en el poder.

En paralelo, el régimen ha aumentado las acciones represivas contra la oposición. CNN reportó que, según la ONG Provea, 54 personas fueron detenidas en octubre, la cifra mensual más alta desde el inicio de la escalada de tensiones con Estados Unidos. Muchas de estas detenciones están vinculadas a dirigentes y simpatizantes de María Corina Machado, líder opositora y Premio Nobel de la Paz. Marino Alvarado, coordinador de Provea, aseguró que estas acciones responden a una “política de terror diseñada para infundir miedo”.

La organización Vente Venezuela añadió que en 2025 se ha registrado una detención arbitraria cada 32 horas, acumulando 232 casos en lo que va de año. Aunque la cifra es alarmante, en 2024 los registros fueron aún más elevados, con más de 2.500 detenciones.

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