El médico cubano Alexander Jesús Figueredo celebró la decisión de haber emigrado a Estados Unidos hace apenas unos meses, lamentando no haber salido antes de la isla a la que calificó como un “infierno”.

“Cuando en Cuba dicen que avanzan y que eso nos duele, miro los diplomas médicos que en cuatro meses ya tengo en este país y lo único que me duele es no haber venido antes de ese infierno”, escribió el martes en redes sociales.

“Pobres los colegas que aún siguen dándole la cara al pueblo por un mísero salario, sin futuro, sin porvenir y viendo cómo se construyen hoteles en vez de hospitales, cómo hay más patrullas que ambulancias y siguen como las ovejas aguantando callados”, agregó.

“Seguimos cosechando éxitos y eso sí les duele… Yo sí voy por más”, concluyó el galeno que, mientras residió en Cuba, mantuvo una postura crítica abiertamente contra el régimen comunista de La Habana.

La publicación de Figueredo recibió numerosas felicitaciones. “Despreciar el talento es una práctica común en Cuba, doctor. Usted y muchos más han sido víctima de ello. Pero no importa, siempre con dignidad, nadie puede sepultar los buenos valores formados en los seres humanos, no formar parte de sus hipócritas masas es muy gratificante”, dijo una usuaria.

“Se siente mucho orgullo, se camina con la frente muy en alto, pues no tenemos que bajar la cabeza, quienes deberían estar avergonzados son ellos, los comunistas que en nombre de una ideología han destruido un país completo”, añadió.

Figueredo, expulsado del sector de la salud en Cuba por sus posturas políticas, llegó al país norteamericano a finales de julio, junto su colega Alexander Raúl Pupo Casas, tras completar la ruta migratoria por Centroamérica.

En diversas ocasiones, ha agradecido las oportunidades y el sistema del país que lo acogió. “En el capitalismo el trabajo fortalece al hombre, levanta su espíritu y dan ganas de trabajar todos los días porque la meta es el cielo”, expresó en agosto.

Unos días después, publicó otro texto en redes sociales sobre la “libertad” que había encontrado en territorio estadounidense. “El rostro de la libertad, es cuando no importa lo que eres de profesión, es cuando puedes con el sudor del trabajo llevar a la mesa un plato de comida y vivir como un ser humano”, dijo. 

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