'Nos acostumbramos a la represión, al silencio obligado, al miedo disfrazado de prudencia' padre Alberto Reyes
Redacción de CubitaNOW ~ domingo 16 de noviembre de 2025
El padre Alberto Reyes, crítico veraz de la realidad cubana, nos acerca s otra reflexión en su habitual sección "He estado pensando…" Esta vez asegurando que pensar demasiado quizá, pero es imposible no hacerlo cuando la realidad golpea con tanta fuerza y tan seguido".
Como expresa el clérigo, "hay verdades que atraviesan el alma y obligan a detenerse. Cuba se ha convertido en un país donde la costumbre ha vencido a la esperanza, donde la resistencia dejó de ser virtud para tornarse condena, y donde incluso la muerte ha pasado a formar parte del paisaje cotidiano.
"Durante décadas hemos aprendido a convivir con la escasez, con el hambre, con la frustración permanente de no poder cambiar nada. Nos acostumbramos a la represión, al silencio obligado, al miedo disfrazado de prudencia. Esa adaptación forzada nos moldeó hasta convertirnos en expertos en sobrevivir, pero no en vivir.
"Y de ese desgaste nació un fenómeno aún más oscuro: la incorporación de la muerte como rutina. Hoy, para demasiadas familias cubanas, perder a un ser querido por enfermedades evitables ya ni siquiera provoca sorpresa, solo resignación.
"La Isla se ha transformado en un territorio donde las calles, sucias y abandonadas, son criaderos de virus y plagas que encuentran un terreno fértil en la inacción gubernamental. Dengue, zika, chikungunya, arbovirosis… enfermedades que deberían ser prevenibles, pero que se han vuelto comunes por la dejadez de quienes deberían garantizar la salud del pueblo. Mientras la población muere en silencio, el Gobierno permanece inmóvil, concentrado únicamente en proteger sus propios privilegios y sostener su estructura de poder, aunque sea sobre el cadáver de una nación entera.
"Y entonces uno se pregunta: ¿cómo fue que llegamos a este punto? ¿Cuándo permitimos que nos vaciaran tanto el espíritu que ya ni la muerte nos impulsa a buscar una salida real? ¿Qué pasó con la indignación que alguna vez tuvo este pueblo, esa rebeldía que hoy parece enterrada bajo capas de miedo y conformismo? ¿Cómo es posible que sigamos marchando, aplaudiendo, repitiendo consignas sin sentido mientras enterramos, uno tras otro, a los que mueren por la incapacidad de un sistema que hace décadas dejó de funcionar?
"También surge otra pregunta inevitable: ¿qué más quieren los que gobiernan? ¿Poder? ¿Riqueza? ¿Control absoluto? ¿La seguridad de una élite que vive muy lejos de la realidad de la mayoría? ¿O simplemente el oscuro placer de dominar un país que ya no tiene fuerzas ni para protestar? Lo que sea que quieran, lo obtienen a costa de un pueblo agotado que solo pide vivir con dignidad.
"Y aún así, seguimos aquí. Sigue la condena. Sigue el silencio. Sigue la muerte. Pero también siguen pensamientos que se acumulan y se resisten a morir. Porque quizás Cuba, algún día, deba convertirse en un recordatorio para el mundo: un ejemplo doloroso de lo que ocurre cuando un país se entrega al autoritarismo y permite que una dictadura se eternice.
"Y pienso, ¿cómo es posible que esta condena haya durado tanto tiempo? ¿Será que Cuba está destinada realmente a ser un día ese ´faro y guía´ del que tanto se habla, pero para recordar a sus hijos que nunca más permitan otra dictadura sobre este suelo; para recordar a los pueblos que como quiera que se elija llamar a esto, comunismo, socialismo, izquierda… me da igual, sólo trae represión y miseria; será para dejar de ser un día el eje del mal que ha envenenado el alma de tantos pueblos, de tantos jóvenes, de tantas universidades, y convertirse en luchadora incansable por la libertad y la verdad?
"Pienso, pienso, y se me agolpan los pensamientos, mientras a mi alrededor unos luchan por sobrevivir… otros mueren"