Un nuevo derrumbe parcial vuelve a sacudir a La Habana y esta vez ocurrió en un sitio especialmente sensible. Se trata de la entrada de un cajero automático muy concurrido, donde a diario se forman largas colas de adultos mayores que dependen de ese servicio para cobrar sus chequeras.

Lo sucedido encendió las alarmas entre los vecinos, quienes aseguran que mañana podría ser un accidente lamentable si no se actúa con rapidez. La zona quedó marcada por cascotes, grietas visibles y un peligro constante que amenaza a cualquiera que transite por allí.

La Habana lleva años enfrentando un deterioro profundo en su infraestructura. Caminar por calles que alguna vez fueron orgullo colonial es hoy un acto de suerte. No solo los edificios antiguos presentan riesgo, sino también inmuebles más recientes que no resisten la falta de mantenimiento. Este nuevo derrumbe se suma a otros casos que han generado preocupación ciudadana. Basta recordar situaciones similares en Centro Habana, Habana Vieja y Cerro, donde desplomes repentinos han dejado heridos, pérdidas materiales e incluso víctimas mortales.

Muchos residentes comentan que el riesgo es generalizado. Ventanas que amenazan con caer, balcones fracturados, techos inestables y fachadas agrietadas son parte del paisaje cotidiano. En algunos barrios, los vecinos han colocado avisos improvisados para alertar del peligro, usando cintas, cartones o simplemente la palabra cuidado escrita con tiza. Sin embargo, estas advertencias no son suficientes cuando el peligro supera los límites de la improvisación.

Este nuevo incidente debe servir como recordatorio urgente. El área del cajero es de uso diario, no solo por ancianos, sino también por trabajadores, madres con niños y personas que acuden a realizar trámites bancarios. Estacionar un vehículo cerca del lugar también es un riesgo, pues los fragmentos desprendidos pueden causar daños considerables en segundos. Todos están bien gracias a Dios, pero la suerte no siempre acompaña.

La comunidad pide visibilidad, intervención y prevención. No es solo un derrumbe más, es una señal que exige atención inmediata antes de que llegue la tragedia. Hacer esto viral puede ayudar a que más personas estén alertas, eviten el área y presionen para que se tomen medidas reales. La Habana necesita soluciones urgentes, porque cada grieta que se ignora puede convertirse mañana en otra historia triste.

Fuente: Lara Crofs

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