El pelotero cubano Randy Arozarena está dispuesto a seguir cosechando éxitos, después de un encomiable desempeño en el V Clásico Mundial de Béisbol, donde fue figura clave para la selección de México, que obtuvo el tercer lugar del torneo.

Ahora logró su primera carrera del año con los Rays de Tampa Bay durante el Día Inaugural contra los Tigres de Detroit en Grandes Ligas, lo cual lo llena de confianza hasta pronosticar que tendrá “una gran temporada”.

“Creo que voy a hacer una gran temporada, he trabajado muy duro”, dijo a ESPN el cubano que pidió la naturalización al gobierno de México para jugar en el Clásico con el país norteamericano en que residió como migrante.

"Me he centrado en cosas para la mente, que es muy importante para una temporada muy larga”, explicó. “He cambiado mi rutina y estoy trabajando muy duro para seguir ayudando al equipo a darles victorias”, agregó.

Arozarena agradeció el afecto del público mexicano que lo acogió como uno de los suyos y hoy seguía sus juegos con los Rays de Tampa Bay. “Así como hubo mucha energía en el Clásico Mundial de Béisbol, fue al mil por ciento el Día Inaugural”, comentó.

“Es una temporada muy larga, pero todos están ansiosos por que comience la temporada y fue un gran partido a nivel colectivo e individual. Estaba muy feliz por el primer partido y ya estamos ganando”, aseguró.

Tras su huida de Cuba en balsa, Arozarena logró consagrarse como pelotero en la Liga Mexicana de Beisbol y la Liga Mexicana del Pacífico. “Para mí, mi segundo país, fue donde llegué cuando salí de Cuba, tengo una niña mexicana, agradecido con México y es como si fuera mi casa”, dijo en una entrevista.

“Emoción, felicidad, ansioso de demostrar al mundo lo orgulloso que estoy de ser mexicano, desde niño quise jugar un Clásico Mundial y me llega la oportunidad con México”, agregó en ocasión del torneo.

Arozarena salió de Cuba en 2016 después de dos temporadas en la Serie Nacional de Cuba con Pinar del Río. Tras la abultada derrota 14-2 del llamado Team Asere ante EEUU en Miami, comentó que esperaba una paliza mayor del equipo norteamericano en el partido de semifinales en Miami.

“Es que hay mucha diferencia entre el béisbol de un país y otro. [En Cuba] hacen jugadas que son ya del pasado y todo el mundo sabe la calidad que tiene el béisbol aquí en las Grandes Ligas. Se estaban enfrentando con los mejores”, argumentó.

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