La familia del cubano Deivy Alemán vive una carrera contrarreloj marcada por el miedo, la incertidumbre y un profundo dolor. Su esposa, Yisel, ha iniciado una petición pública para reunir firmas con el objetivo de que el padre pueda estar presente en la próxima cirugía del corazón de su hija Keira, programada tentativamente para abril de 2026. La menor necesita una intervención vital, y la ausencia de su padre es hoy el drama central que la familia intenta revertir.

Según compartió el periodista Javier Díaz, Alemán salió de Estados Unidos para evitar ser arrestado por ICE, debido a una orden de deportación que pesaba sobre él. Su intención, según explica la familia, siempre fue regresar de forma legal para intentar reconstruir su vida junto a su esposa y su hija, pero ahora el tiempo juega en su contra.

Deivy se encuentra actualmente en Cuba, pendiente de que USCIS le otorgue una fecha de entrevista como parte del proceso migratorio que inició para regularizar su situación. Sin embargo, como ocurre con miles de solicitantes, la espera se extiende más de lo razonable y se ha convertido en un obstáculo doloroso, especialmente ahora que la vida de su hija vuelve a depender del bisturí.

Ante la lentitud del proceso, Yisel acudió a la plataforma change.org, donde abrió una petición para pedir a las autoridades migratorias que aceleren la revisión del caso de su esposo. La historia ha tocado la sensibilidad de cientos de personas, y en pocos días más de 1,700 firmas respaldan el pedido, que crece a medida que la noticia se difunde en redes y medios locales.

La familia asegura que lo único que desean es que Deivy pueda estar presente durante la operación y el proceso de recuperación de Keira, cuya condición cardíaca requiere cuidados constantes y representa un desafío emocional y económico para todos.

El caso vuelve a poner sobre la mesa las consecuencias humanas de los retrasos migratorios, especialmente cuando afectan a familias con menores enfermos. Mientras tanto, Yisel continúa recogiendo firmas, aferrándose a la esperanza de que las autoridades escuchen este pedido que, más que un trámite, es un llamado desesperado de una madre que lucha por mantener unida a su familia.

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