Pone fin a huelga de hambre Yosvany Rosell García Caso
Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 3 de diciembre de 2025
El preso político cubano Yosvany Rosell García Caso puso fin a una huelga de hambre que estremeció a quienes siguen de cerca la realidad carcelaria en la Isla. Durante 40 días sin ingerir alimentos, su cuerpo se fue consumiendo al mismo ritmo en que crecía su desesperación por escapar del entorno que él mismo describió como “un ambiente terrible, insoportable y deshumanizante”.
La decisión de suspender la huelga llegó solo después de que las autoridades accedieran a una única petición: trasladarlo a una celda de aislamiento. Nada más. Aun así, para él significó un pequeño respiro dentro de un sistema donde la dignidad suele pagarse con dolor.
La noticia fue confirmada por su esposa Mailin Sánchez, quien ha llevado la voz de esta batalla contra el silencio. Yosvany, en un estado físico crítico, fue trasladado el 19 de noviembre al Hospital Clínico Quirúrgico "Lucía Íñiguez Landín" en Holguín, donde continúa en terapia intermedia.
Los médicos lograron reanimarlo lo suficiente para iniciar un proceso de rehidratación, pero los riesgos siguen siendo alarmantes: posibles daños renales, afectaciones en otros órganos vitales y una salud deteriorada por años de encierro y maltrato psicológico.
Durante su huelga, Yosvany expresó que prefería morir antes que seguir sometido a condiciones que violan todo estándar de humanidad. Esta historia vuelve a poner sobre la mesa una pregunta que muchos temen formular, pero que cada vez es más difícil ignorar: ¿hasta cuándo el régimen cubano obligará a sus ciudadanos a elegir entre dignidad y supervivencia?
La huelga de Yosvany no es un caso aislado, sino parte de un patrón donde los presos políticos deben recurrir a medidas extremas para ser escuchados, aun sabiendo que sus vidas quedan colgando de un hilo.
Hoy, aunque consciente, su estado sigue siendo extremadamente delicado. Su cuerpo está intentando recuperar funciones básicas mientras él continúa aislado, debilitado y a merced de decisiones que escapan por completo de su control. Sin embargo, su gesto de resistencia se convierte en un testimonio poderoso del costo humano que implica vivir bajo un sistema que castiga cualquier disenso.
Contar esta historia, compartirla, amplificarla, es lo mínimo que se puede hacer ante la vulnerabilidad de un hombre que arriesgó su vida para reclamar un trato digno. Su libertad, como la de todos los presos políticos en Cuba, depende de la presión pública, de la visibilidad y de la solidaridad dentro y fuera de la Isla. Que su sacrificio no sea en vano.
Del perfil de Lara Crofs