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Raúl Castro reaparece en la Asamblea y refuerza su peso político en medio de cambios institucionales

Redacción de CubitaNOW ~ sábado 20 de diciembre de 2025

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El General de Ejército Raúl Castro Ruz volvió a mostrarse en público este viernes durante la sesión de clausura del sexto período ordinario de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), en un escenario atravesado por la crisis económica y social que enfrenta la isla.

De acuerdo con publicaciones de la Presidencia de Cuba en X, Raúl fue presentado nuevamente por la narrativa oficial como “líder al frente de la Revolución Cubana” y asistió a la jornada final del Parlamento, en una escena que, para muchos observadores, reafirma su centralidad simbólica y política pese a su retiro formal de los cargos en 2021.

En un segundo mensaje, la Presidencia indicó que el veterano dirigente llegó al plenario junto al gobernante Miguel Díaz-Canel y que fue recibido con una ovación por los diputados, tras haber estado “al tanto durante toda la jornada de los debates”. La imagen —Raúl acompañado por la máxima figura institucional— alimentó la lectura de que el poder real sigue orbitando en torno a su figura, aun cuando ya no ocupa puestos oficiales de primera línea.

El sitio oficialista Cubadebate también resaltó su presencia —según indicó— mediante videoconferencia en la sesión inicial del propio período legislativo. El medio volvió a emplear la denominación “líder al frente de la Revolución”, una fórmula que se ha repetido en meses recientes y que subraya el peso que el exmandatario conserva dentro de la estructura de poder.

En paralelo, la sesión parlamentaria incluyó anuncios de cambios relevantes en el engranaje institucional. Díaz-Canel informó que, como parte de un proceso de “renovación natural”, el Consejo de Estado propuso liberar a Rubén Remigio Ferro del cargo de presidente del Tribunal Supremo Popular y designar en su lugar al ministro de Justicia, Oscar Silvera Martínez.

Por su parte, el presidente de la Asamblea, Esteban Lazo, comunicó que se habían recibido renuncias de varios diputados: Homero Acosta Ávila (secretario de la ANPP y del Consejo de Estado), Ulises Guilarte de Nacimiento (exsecretario general de la CTC) y Ricardo Rodríguez González (expresidente de la FEU).

La reaparición de Raúl en la Asamblea se suma, además, a episodios recientes que apuntan a su papel en decisiones estratégicas. La semana pasada trascendió que fue él quien ordenó posponer el 9no Congreso del Partido Comunista de Cuba, previsto inicialmente para abril de 2026, en medio del deterioro económico y social. La decisión fue anunciada por Díaz-Canel durante el XI Pleno del Comité Central del PCC, cuando leyó una carta firmada por Raúl. En ese texto, el general sostuvo que el aplazamiento no debía leerse como retroceso, sino como una medida para concentrar recursos, esfuerzos y energía de los cuadros del Partido, el Gobierno y el Estado en los problemas más urgentes.

Otro antecedente que generó atención ocurrió en octubre pasado, cuando Raúl Castro, de 94 años, presidió una sesión del Consejo de Defensa Nacional en el Ministerio de las Fuerzas Armadas y volvió a ser presentado como “jefe al frente de la Revolución”. En esa ocasión apareció escoltado por su nieto Raúl Guillermo Rodríguez Castro, conocido como “El Cangrejo”, y acompañado por Díaz-Canel a su derecha.

Esa presentación provocó lecturas críticas, porque contrasta con lo que establece la Constitución cubana: que el Consejo de Defensa Nacional debe ser presidido por el presidente de la República. El hecho de que informaciones oficiales confirmaran que Díaz-Canel no encabezó el órgano reforzó la percepción de una doble línea de mando y de que la autoridad efectiva continúa asociada al general y al aparato que lo rodea.

Aunque anunció su salida de los cargos formales, Raúl Castro sigue siendo descrito como una figura decisiva en áreas clave del Estado, particularmente en el ámbito de la defensa y en el conglomerado empresarial GAESA, vinculado al estamento militar. La insistencia en nombrarlo “líder” o “jefe al frente de la Revolución”, en lugar de expresidente o líder histórico, consolida la idea de continuidad en su influencia.

En un país golpeado por apagones prolongados, presión económica y creciente inconformidad social, su presencia en los principales espacios de decisión envía un mensaje político directo: más allá del discurso de “renovación”, el centro del poder en Cuba continúa bajo la tutela del General de Ejército y de la estructura institucional y militar que se articula a su alrededor.


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