El cantautor cubano Raúl Torres volvió a la escena pública con un texto confesional en Facebook y una selfie de espejo que rápidamente se viralizó. Bajo su más reciente alias, “AlmaCandil Raulito Torres”, anunció que regresó al gimnasio, no para “esculpir músculos”, sino para domar el cansancio y ajustar el alma “para los viajes largos”.

En su publicación, Torres describió el entrenamiento como una terapia: fortalecer el pecho para resistir otro coro, sudar nostalgias, estirar versos hasta que suenen limpios, enderezar la espalda para cargar y preparar el alma “para el canto”. Prometió que llegará un día con más aire en los pulmones y una canción nueva, “la misma de siempre, pero con el músculo más fuerte”.

La foto que acompañó el mensaje fue tema aparte: gorra gris, camiseta beige, shorts caqui sobre licra multicolor —rebautizada por sus seguidores como “licra guarabiá”—, móvil rojo en mano y pose relajada frente al espejo. El look encendió la sección de comentarios.

Entre elogios por su propósito saludable, abundaron las bromas: “poesía de UJC hasta en la elíptica”, “el ejercicio más urgente es el mental”, o “esperemos no salga otra necrobalada si se cae un entrenador”. También aparecieron mensajes de ánimo como “mente sana en cuerpo sano”.

Más allá del humor, el post conectó con un sentimiento colectivo: la autoayuda en tiempos de apagones y cansancio social. Torres, siempre entre música y polémica, convirtió la sala de pesas en metáfora de ajuste interior.

Por ahora, ya consiguió un primer récord: poner a medio Facebook —y no precisamente en su perfil original— a debatir sobre barras, versos y licras.

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