El empresario y figura mediática Sandro Castro, nieto del fallecido Fidel Castro Ruz, vuelve a generar controversia en redes sociales tras anunciar el lanzamiento de un nuevo espacio informativo que él mismo ha bautizado como el “NotiSandro”.

En sus propias palabras, será “el mejor noticiero del país”, donde se hablará de economía, deportes y temas culturales “como nunca antes”.

El anuncio, hecho a través de sus redes, ha encendido un fuerte debate entre los cubanos. Muchos usuarios se preguntan si el joven heredero de la familia más poderosas del país pretende competir con el Noticiero Nacional de Televisión (NTV), históricamente controlado por el aparato oficial del Estado.

“¿Será que el NTV no dice la verdad y por eso ahora Sandro quiere hacer el suyo?”, escribió Ángel Escobar Quintanilla en un comentario que refleja el sentir de muchos.

Betty Rodríguez ironizó: “Si Sandro va a tener el mejor noticiero y el que dice la verdad ¿qué pasará con el de la televisión cubana?”.

Su figura simboliza para muchos el privilegio de una élite que vive al margen de las limitaciones que impone el propio sistema que su familia ayudó a construir.

El nieto del exdictador parece disfrutar de una impunidad sin límites: organiza fiestas en clubes privados, conduce vehículos de lujo y se pasea con total libertad, mientras jóvenes cubanos enfrentan restricciones, censura o detenciones por mucho menos.

Ahora, con el anuncio del “NotiSandro”, muchos se preguntan si se trata de una simple broma o de otro intento de exhibición mediática de quien, protegido por su apellido, puede decir y hacer lo que quiera sin rendir cuentas a nadie.

El debate está servido: mientras el pueblo sufre apagones y carencias, el nieto de Fidel anuncia un noticiero “como ningún otro”. Y quizás, sin quererlo, su mensaje revele más de lo que pretende: que ni los Castro parecen creer ya en el discurso de su propia televisión.

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