En un video que ha comenzado a circular en las redes sociales, Sandro Castro, nieto del fallecido ex presidente cubano Fidel Castro, se vio envuelto nuevamente en la controversia luego de una serie de declaraciones cruzadas entre él y dos influencers cubanas: Samantha Espineira y la Cintumbare.

La situación genera una oleada de comentarios, especulaciones y burlas en el ámbito digital, debido a las tensas relaciones y las sorpresas que continúan desvelándose en público.

Sandro, quien ya es conocido en las redes por sus publicaciones y excentricidades, comenzó el video acompañado de dos amigos, a quienes se refiere como sus “abogados vampirezcos del Escambray”. Aunque el tono parece jocoso, muchos internautas interpretaron sus palabras como una referencia velada a la seguridad del Estado cubano.

La mención al "Escambray" podría ser vista como una alusión a los guerrilleros que operaron en esa zona durante la Revolución, generando la duda de si Sandro estaba haciendo una ironía sobre el legado de su abuelo, Fidel Castro, o simplemente aludiendo a los vínculos de poder dentro de Cuba.

El origen de la controversia radica en la relación de Sandro con dos influencers cubanas. Por un lado, Samantha Espineira, quien ha negado públicamente haber tenido una relación más íntima con Sandro, y por otro, la conocida influencer y amiga de Sandro, la Cintumbare, quien lanzó una afirmación en la que asegura que tuvo un "roce muy íntimo" con él.

Según la Cintumbare, "con Sandro Castro se pasa Ricoooo, y le encantó mucho", dejando entrever que la relación entre ambos fue más que profesional.

En respuesta a esta declaración, Sandro no tardó en reaccionar con sarcasmo y tono burlón. En su video, indicó que no le gustaba “la vainilla chip ni el rizado de chocolate”, aunque confesó ser amante de la música del artista cubano Chocolate.

Además, de manera irónica, comentó que estaba dispuesto a tomar acciones legales contra Samantha Espineira, acusándola de creerse “mejor que una manta y una colcha de esos hoteles de Cubanacán”, refiriéndose a la afirmación de la influencer que negó cualquier tipo de relación íntima con él.

Este tipo de declaraciones, junto con el “lanzamiento” de los abogados, parece un juego de poder en el que Sandro juega con la idea de su familia y la relación con las autoridades. Romelis Cuervo, un internauta que comentó sobre el asunto, destacó la insinuación de que los abogados de Sandro podrían ser parte de la seguridad del Estado cubano, algo que Sandro no desmintió y, en cambio, parece reforzar con su mensaje críptico.

Al mencionar el “Escambray”, muchos interpretaron que el video no solo está marcado por la burla hacia sus rivales, sino también como una referencia sutil a los aliados en el poder cubano.

El video y sus comentarios han desatado un sinfín de reacciones en las redes, donde los usuarios se dividen entre quienes consideran que todo es una estrategia de marketing para ganar atención y quienes ven un reflejo de la mezcla entre el poder político y las controversias personales dentro de la sociedad cubana.

En este contexto, las críticas continúan creciendo, sobre todo por el uso de un lenguaje provocador y desafiante hacia figuras públicas como Espineira y la Cintumbare.

Lo cierto es que, detrás de los chistes y las bromas, el incidente ha puesto nuevamente sobre la mesa el tema de los nexos entre el poder y las figuras públicas cubanas.

En un país donde las fronteras entre la política y la cultura se desdibujan constantemente, este tipo de situaciones evidencian cómo las dinámicas de poder siguen jugando un rol crucial en las relaciones personales y mediáticas, especialmente cuando se involucran figuras como Sandro Castro.

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