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Sobrevive en precarias condiciones titiritero del Guiñol, Orlando Barthelemy

Redacción de CubitaNOW ~ jueves 3 de julio de 2025

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El destacado director de teatro y titiritero cubano Orlando Barthelemy Rojas, quien durante décadas encantó a generaciones de niños desde los escenarios del Guiñol Santiago con su arte y calidez, enfrenta hoy una de las etapas más difíciles y dolorosas de su vida.

A kilómetros de los aplausos y el bullicio del telón, Barthelemy sobrevive en condiciones alarmantes: sin agua potable, sin electricidad y sin siquiera un colchón donde descansar. El creador, símbolo del teatro infantil cubano, vive en el más profundo abandono.

La denuncia fue difundida este 1 de julio por el escritor independiente y creador de contenido Yasser Sosa Tamayo, quien lo visitó personalmente y compartió su testimonio a través de redes sociales. Sosa relató con crudeza la escena que presenció: un artista olvidado, completamente solo, sin alimentos preparados, respirando humedad en una vivienda sin ventilación, y durmiendo directamente sobre el suelo.

“Orlando no vive. Sobrevive a mordidas de miseria. En un cuartucho oscuro donde ni una bombilla lo acompaña, sin agua potable, sin comida caliente, sin colchón”, escribió Sosa. Según su relato, Barthelemy no cuenta con el apoyo de familiares ni de instituciones culturales, pese a haber consagrado su vida al arte. Solo permanece la memoria viva de un legado que marcó la historia escénica infantil en Santiago de Cuba y más allá.

Durante años, Barthelemy fue una de las figuras esenciales del teatro de títeres cubano, entregando su talento con devoción desde el Guiñol Santiago, donde dejó una huella imborrable en artistas y espectadores. Para muchos cubanos, su presencia forma parte de los recuerdos más entrañables de la infancia.

Hoy, sin embargo, su trayectoria no ha sido suficiente para garantizarle condiciones mínimas de dignidad. Sosa, visiblemente conmovido, le hizo llegar una ayuda económica que Barthelemy recibió con emoción, no por el dinero en sí, sino por el gesto humano. Agradeció la visita, el hecho de que alguien aún lo recordara, de que todavía importara.

La publicación generó una oleada de reacciones en redes sociales, donde se multiplicaron los mensajes de indignación, tristeza y frustración. Muchos usuarios coincidieron en que el caso de Barthelemy no es aislado, sino parte de una realidad extendida: la invisibilidad y el abandono de artistas mayores que, tras haber dado su vida a la cultura nacional, hoy son ignorados por las instituciones.

“¿Dónde están los que se llenan la boca hablando de cultura?”, cuestionó Sosa en su publicación, apelando directamente a quienes deberían garantizar el bienestar de quienes alguna vez sostuvieron el alma artística del país. Su reclamo va más allá de Barthelemy: es una denuncia colectiva por todos los creadores que viven en la sombra del olvido.

Orlando Barthelemy figura en la enciclopedia digital cubana Ecured como uno de los grandes directores del Guiñol Santiago, a quien se le reconoce haber contribuido a “fomentar una práctica teatral dirigida a niños y a jóvenes espectadores”. Es autor de la obra basada en un patakí, “Los chichiricú de la charca”, y director de “Egbe y Echú”, a partir de un texto de Ana María de Agüero. Su legado permanece, aunque hoy su realidad clama con urgencia por justicia y reconocimiento.


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