El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, generó controversia este martes al sugerir que los beneficios del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) no se pagarán mientras continúe el cierre del gobierno federal, a pesar de que su administración había informado a un tribunal que cubriría parcialmente esos pagos.

Trump declaró en su red social Truth Social que los beneficios “solo se otorgarán cuando los demócratas de la izquierda radical reabran el gobierno”, afirmando que los fondos del SNAP aumentaron de forma “desproporcionada” durante el mandato de Joe Biden.

“El dinero para el SNAP se distribuirá únicamente cuando los demócratas permitan reabrir el gobierno, lo cual pueden hacer fácilmente”, escribió el mandatario.

La declaración contradice lo comunicado un día antes por su administración ante un juez federal en Rhode Island, que aseguraba que el Departamento de Agricultura pagaría la mitad de los beneficios correspondientes al mes de noviembre con cargo a un fondo de contingencia.

Ante la confusión, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, explicó en rueda de prensa que la administración “está cumpliendo plenamente con la orden judicial”, pero admitió que los pagos podrían retrasarse.

“Los beneficiarios del SNAP deben entender que este dinero tardará en llegar, porque los demócratas han obligado al gobierno a adoptar una posición insostenible”, declaró Leavitt. Agregó que el presidente “no desea seguir recurriendo a fondos de emergencia destinados a catástrofes o conflictos”.

El Departamento de Agricultura envió este martes una guía a los estados con información sobre los montos disponibles y la logística para los próximos desembolsos. Sin embargo, el uso parcial del fondo de contingencia ha sido cuestionado por los demandantes del caso judicial que busca garantizar la continuidad total del programa durante el cierre gubernamental.

El juez Jack McConnell, que preside el caso, había ordenado la semana pasada que los beneficios se pagaran “lo antes posible”, y que el gobierno analizara otras fuentes de financiamiento para mantener el programa plenamente activo. No obstante, la administración comunicó que solo emplearía los 4.650 millones de dólares restantes del fondo de contingencia y descartó usar más de 4.000 millones del Programa de Nutrición Infantil.

Los abogados de los demandantes calificaron esa decisión como “arbitraria y caprichosa”, argumentando que existen fondos suficientes para cubrir los beneficios completos y evitar retrasos devastadores para millones de familias.

La disputa ha convertido al SNAP en uno de los temas más sensibles dentro del cierre parcial del gobierno, iniciado el 1 de octubre, y que ya afecta a múltiples servicios federales.

Gobiernos anteriores habían mantenido el programa operativo durante cierres similares, pero la administración Trump ha optado por una estrategia más dura, que busca presionar a los demócratas del Congreso para alcanzar un nuevo acuerdo presupuestario.

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