El toletero cubano Yordan Álvarez abandonó el campo y el estadio la noche del lunes tras sufrir una aparatosa torcedura en el tobillo izquierdo mientras anotaba en la primera entrada del partido entre los Houston Astros y los Texas Rangers. El pelotero, que registró dolor evidente al pisar el plato y tuvo que ser asistido por compañeros y personal del equipo, salió cojeando con una bota ortopédica y muletas, en una imagen que encendió las alarmas en un equipo inmerso en la pelea por los puestos de postemporada.

Los médicos de los Astros programaron para este martes una resonancia magnética (MRI) que determinará el alcance de la lesión y si será necesario colocar a Álvarez en la lista de incapacitados. Por ahora, el club lo mantiene en estatus “día a día” mientras esperan los resultados. El mánager Joe Espada reconoció que la escena “no se vio bien” y prefirió reservar opiniones hasta conocer el diagnóstico completo.

La preocupación trasciende lo médico: Álvarez había regresado recientemente de una larga ausencia por una fractura en la mano y venía aportando impulsos y poder en el corazón de la alineación. La posible baja del cubano dejaría un vacío ofensivo que los Astros tendrían que cubrir en un tramo de la temporada donde cada partido pesa en la carrera por la División Oeste de la Americana y las plazas de comodín.

Fuentes del club señalan que en caso de ausencia prolongada se evaluarían alternativas internas y llamamientos al bullpen ofensivo —además de ajustar la estrategia de alineación y uso del bateador designado— para mitigar el golpe. Por ahora, el foco está en los exámenes médicos: la MRI será clave para fijar plazos y escenarios de recuperación para Yordan Álvarez. 

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