El presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez y la No primera dama Lis Cuesta se encuentran en Río de Janeiro, Brasil, donde hoy concluye la XVII Cumbre del grupo BRICS, que se celebra bajo el lema “Fortalecer la cooperación del Sur Global para una gobernanza más inclusiva y sostenible”; continuando así su periplo internacional ajeno a la realidad de su pueblo empobrecido y apagado.
Esta es la segunda ocasión en que el mandatario cubano asiste a una cumbre de este bloque, aunque la primera vez, en Johannesburgo 2023, lo hizo en calidad de presidente del Grupo de los 77 más China.
En esta nueva etapa, Cuba acude ya como país socio de los BRICS, una categoría a la que accedió oficialmente en enero de 2025 tras ser aprobada su inclusión en la cumbre celebrada en Kazán en octubre del año anterior.
La participación de Díaz-Canel en esta cita forma parte de una estrategia del gobierno cubano para fortalecer su presencia en espacios internacionales alternativos a las estructuras tradicionales dominadas por Occidente, como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial.
En medio de una severa crisis económica, la Habana apuesta por afianzar relaciones con socios estratégicos como Rusia, China, India y Brasil, tanto en el plano político como económico, en busca de financiamiento, cooperación tecnológica y respaldo diplomático.
Precisamente, el bloque BRICS, formado originalmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, ha ido creciendo hasta incluir a nuevos miembros plenos como Irán, Egipto, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos.
El grupo representa cerca del 48,5 % de la población mundial y alrededor del 40 % del PIB global medido en paridad de poder adquisitivo. Se proyecta que al menos cuatro de sus miembros estarán entre las diez economías más grandes del mundo para el año 2050.
La presencia cubana en la cumbre de Río es también una oportunidad para que el mandatario sostenga encuentros bilaterales con otros jefes de Estado, así como reuniones con figuras políticas y sociales brasileñas afines al gobierno de la Isla.
En el "paseo" se incluyen el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, el jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Emilio Lozada García, y otros funcionarios de la Cancillería.
La visita genera también comentarios críticos desde sectores opositores, que cuestionan los constantes viajes del mandatario y el papel de su esposa, Lis Cuesta, quien suele acompañarlo sin que se conozca una función institucional definida. Aunque no existen cifras oficiales sobre los costos de estas misiones, se estima que solo el alquiler de las aeronaves utilizadas para viajes de larga distancia puede superar los 300.000 dólares por trayecto.
"Más allá de los discursos de integración, la realidad es que Cuba intenta sostenerse en un tablero internacional cada vez más complejo, donde la legitimidad y el apoyo económico son esenciales para su supervivencia política".
La cumbre BRICS, para La Habana, representa precisamente eso: una oportunidad de permanecer visible, aliado con actores no occidentales que le permitan respirar en medio de su asfixia interna... a espaldas de la dura realidad que vive el pueblo.
Sandro Castro explota las redes con su “Cristach Challenge” y desata la tormenta(video)
Hace 9 horas