Aniversarios baldíos; organóponicos no alimentan al pueblo (Video)
Redacción de CubitaNOW ~ domingo 28 de diciembre de 2025
Mientras el gobierno cubano celebra los 38 años del programa de Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, la realidad para millones de cubanos es diametralmente opuesta a lo que aseguran las autoridades. Manuel Marrero sostiene que el programa “acerca las producciones agrícolas a la población” y Jorge Luis Tapia afirma que se avanza en los organopónicos. Sin embargo, la evidencia en el terreno pinta un cuadro de retroceso y desabastecimiento crónico.
Los organopónicos, en teoría, deberían ser un pilar para garantizar alimentos frescos y accesibles. En la práctica, la falta de insumos, fertilizantes, semillas de calidad y mantenimiento han convertido muchas de esas parcelas en espacios improductivos. En barrios de La Habana y otras provincias, se reportan organopónicos abandonados, con cultivos marchitos y estructuras deterioradas. Lejos de acercar la comida al pueblo, estos proyectos muestran cómo la agricultura urbana ha quedado atrapada en la burocracia y la escasez.
El consumo de alimentos básicos como arroz y papa, tan populares por estos días, sigue cayendo. La población enfrenta precios crecientes en el mercado informal, mientras los mercados estatales apenas ofrecen productos de primera necesidad. Los informes ciudadanos y las redes sociales revelan largas colas, racionamiento crónico y, en muchos casos, familias que deben sobrevivir con menos de lo que sus ingresos permiten.
Lo que se presenta como “avances” es en realidad una fachada que oculta el empobrecimiento creciente y la incapacidad del Estado para garantizar la alimentación mínima de sus ciudadanos.
Lejos de un progreso sostenido, el programa de agricultura urbana ha sufrido retrocesos significativos. La promesa de Raúl Castro de acercar alimentos frescos al pueblo sigue sin cumplirse y la narrativa oficial intenta tapar un fracaso estructural que impacta directamente en la calidad de vida de la población.
Mientras se celebran aniversarios y se pronuncian discursos, la gente común enfrenta hambre, incertidumbre y un sentimiento de abandono.
Los organopónicos, más que un logro, reflejan la desidia y la falta de soluciones efectivas en la política agrícola cubana. Celebrar lo que no existe o que no funciona solo profundiza la desconexión entre el discurso oficial y la realidad de quienes día a día luchan por llevar comida a la mesa. La verdad es clara: no hay avances, solo retrocesos, hambre y descontento popular.
Fuente: Alberto Arego