Los apagones continúan afectando la vida diaria de los cubanos en 2025, pese a las reiteradas promesas del Gobierno y a la incorporación de nuevos parques fotovoltaicos al sistema eléctrico nacional.

Las quejas ciudadanas se multiplican en redes sociales, donde los usuarios denuncian que los horarios de afectación no se cumplen, los apagones se extienden más de lo anunciado y las autoridades siguen sin ofrecer una solución definitiva a la crisis energética.

Según información publicada por el periodista Alberto Arego, la situación está lejos de mejorar. El ministro de Energía y Minas Vicente de la O Levy aseguró que, aunque los cortes eléctricos no se han eliminado, "serían peores" si no existieran los parques solares instalados en diferentes provincias del país.

Sus declaraciones han generado polémica entre los internautas, quienes consideran que el Gobierno continúa justificando una crisis que lleva más de tres años golpeando a la población.

La O explicó que los nuevos parques fotovoltaicos aportan una cantidad importante de energía en los horarios diurnos, pero admitió que esto no es suficiente para cubrir la demanda acumulada ni para garantizar un servicio estable.

Las termoeléctricas, muchas de ellas con más de cuatro décadas de explotación, siguen presentando averías constantes, falta de mantenimiento y carencias de combustible.

Los ciudadanos, sin embargo, aseguran que la realidad dista mucho del discurso oficial. Los apagones superan las seis u ocho horas diarias, afectando servicios básicos como el suministro de agua, la conservación de alimentos y la atención médica. Para muchos cubanos, la situación se ha vuelto insostenible y la incertidumbre crece ante la falta de un plan claro que permita vislumbrar un cambio real.

Mientras las autoridades insisten en que trabajan para estabilizar la generación eléctrica, la población continúa esperando soluciones concretas y no promesas repetidas. Los parques fotovoltaicos, aunque útiles, no han logrado frenar el deterioro del sistema eléctrico ni aliviar el descontento social que aumenta con cada nueva jornada de apagones.

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