Personal de la Empresa de Ómnibus de La Habana, junto con equipos de rescate y bomberos, trabajaron durante varias horas para retirar el vehículo de gran tamaño que quedó incrustado parcialmente en la fachada de la vivienda biplanta.

Este hecho, impactante por demás, ha sido uno de los más comentados en redes desde que ocurrió el accidente.

Para sacar el articulado fueron utlizadas grúas especiales y equipos de maniobra para garantizar que la operación se realizara sin generar mayores daños a la estructura afectada ni riesgos para los vecinos que permanecían en el lugar.

Imágenes difundidas en redes sociales muestran el proceso de extracción, que requirió coordinación y cuidado extremo debido al peso y las dimensiones del ómnibus.

El accidente se produjo en la madrugada del lunes 15 de diciembre, aproximadamente a las 3:30 a.m., en la intersección de la Avenida de Santa Amalia y Dolores. Según testimonios de residentes y reportes compartidos por el perfil La Tijera, el ómnibus articulado número 513, perteneciente a la Empresa de Ómnibus de La Habana, perdió el control y terminó colisionando contra la vivienda. Afortunadamente, no se registraron heridos, lo que ha sido calificado por vecinos como un golpe de suerte considerando la magnitud del impacto y el tamaño del vehículo involucrado. Los daños, aunque significativos en la estructura de la casa, se limitaron a aspectos materiales.

Hasta el momento, no se ha emitido información oficial lo que ha generado malestar entre los vecinos, quienes reclaman transparencia y explicaciones sobre lo sucedido.

El incidente ha reavivado la preocupación por la seguridad vial en la capital, la supervisión de los vehículos de transporte público y la responsabilidad de los conductores. Mientras el ómnibus es retirado, los residentes de Santa Amalia y Dolores esperan respuestas claras y medidas que eviten que un hecho similar termine con consecuencias humanas irreparables en el futuro y, por supuesto, saber qué sucederá con el desastre causado en la vivienda invadida por el articulado.

Fuente: Alberto Arego

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