La ayuda es para quien de verdad la necesita
Redacción de CubitaNOW ~ viernes 12 de diciembre de 2025
En Altamira, Santiago de Cuba, todos saben quién enfrenta necesidades reales y quién lleva años manteniendo una fachada para aprovecharse de la solidaridad ajena. Por eso no sorprendió que, tras la distribución reciente de ayudas enviadas por Cubanos Libres, surgiera de inmediato la figura conocida de siempre: Vilma Álvarez, una mujer que ha vivido por décadas bajo el amparo permanente de la asistencia social, no por necesidad comprobada, sino por costumbre establecida.
El barrio entero la conoce. Vio envejecer a una persona que no solo recibió apoyo durante años, sino que convirtió la lástima en su modo de vida. Sin embargo, su reacción frente a no aparecer en la lista de beneficiarios esta vez ha sido tan desmedida como predecible: un recorrido casa por casa sembrando quejas, chismes y desánimo. Según su versión, “la ayuda no sirve”, “eso no es nada”, “eso no es ayuda”. Pero la realidad es otra: la molestia no nace por la calidad del módulo, sino porque por primera vez no le tocó.
Lo verdaderamente indignante es que esa negatividad la descargó incluso sobre personas que sí enfrentan carencias profundas, como una vecina que sí fue beneficiada justamente. Mientras voluntarios de Cubanos Libres trabajan sin descanso, sin cobrar un centavo y sin quedarse con nada, ella intenta sembrar sombras sobre un trabajo honesto, transparente y documentado en video para evitar cualquier malentendido o manipulación.
La internauta Alessa señaló que ya es hora de detener comportamientos como el de Vilma, tan comunes en la Isla. Carmen celebró que alguien hablara “fuerte y claro”, mientras que La Placita de Santiago de Cuba no vaciló en calificarla de “venenosa”.
También hubo quienes señalaron la maldad en su comportamiento. “Cuánta maldad la de Vilmita”, dijo Lindapelirubia. Beatriz lo atribuyó al “mal del cubano”, mientras Dailyn la llamó descarada sin rodeos. Entre los comentarios, Roberto resumió el sentir de muchos: lo que dijo Mayeta “es una gran verdad”.
Uno de los comentarios más profundos lo dejó Yadira Sarmiento, recordando que en Altamira hay familias con necesidades reales: personas que perdieron sus casas desde el ciclón Sandy y aún esperan ayuda. Mencionó una amiga con dos hijos que quedó prácticamente en la calle y, aun así, no recibe asistencia adecuada. Finalmente, otros agradecieron la labor del equipo de ayuda: “Gracias infinitas por lo que hacen por los más vulnerables”.
En Altamira se ayuda con corazón, pero también con dignidad. Y la dignidad incluye no permitir que una mala intención eclipse el trabajo de quienes sí se preocupan por los más vulnerables.
Fuente: Yosmany Mayeta